El primado de la misericordia −como estilo de vida y de misión propuesto por Francisco− es ante todo “un crisol de purificación para la vida de la Iglesia y para el discernimiento de la vida de su presencia en la historia”.
Al acercarse la Navidad podemos decir: Dios a las puertas. La salvación de Dios ha sido comparada con una puerta. La puerta tiene un arco y la misericordia puede considerarse como la piedra principal, clave de bóveda, que sujeta el arco. La misericordia como don, signo y cultura es un buen modo de situarse a las puertas de la Navidad.