La destrucción de la masculinidad implica la evaporación del padre, lo que provoca caos y neurosis social
Para la neuropsiquiatra infantil Ceriotti Migliarese, urge el redescubrimiento de la complementariedad hombre-mujer desde la apreciación tranquila y enriquecedora de sus diferencias.
Por primera vez en la historia de la humanidad, estamos viviendo un tiempo en el que, desde el punto de vista femenino, la masculinidad se encuentra bajo sospecha, desvalorizada, desacreditada. La razón de ello es, en gran medida, según afirma Mariolina Ceriotti Migliarese en “Masculino. Fuerza, eros, ternura”, la incapacidad para comprender la diferencia que existe entre el hombre y la mujer, que lejos de ser perturbadora y distanciarnos, nos complementa y equilibra.
El respeto entre los sexos se ha perdido y resulta urgente que sea retomado, pero no desde el miedo, la subordinación o la prepotencia de un sexo sobre el otro, como ha sucedido con el masculino sobre el femenino en generaciones pasadas; sino desde “un auténtico respeto, dictado por la comprensión del valor de la diferencia, y por el aprecio a los dones específicos que el hombre puede aportar a la mujer en el mundo”. Este es precisamente el principal objetivo del ensayo que ahora comentamos: devolver al hombre aquellos atributos del pasado que le hacían digno de respeto y valoración; y reconocerle nuevos atributos de la actualidad en una reinterpretación moderna de una masculinidad plena y complementaria de la mujer.