«Los intentos de desarraigar al hombre de sus creencias religiosas, de anular o apagar su sed de trascendencia, no han surtido efecto o, al menos, no en el grado esperado»
Después de la deriva secularista de los últimos siglos, algunos pensadores vaticinan una vuelta a la experiencia religiosa. Sin embargo, sus planteamientos parecen entrar en conflicto con la idea de que pueda haber una religión que esté en lo cierto y otras que se equivoquen.