domingo, 16 de octubre de 2011

Dos caras del capitalismo: Steve Jobs y Wall Street

Steve Jobs
   El mundo ha despedido a Steve Jobs como al empresario más admirado en esta época de la sociedad de la información. El hombre que sabe abrirse paso empezando en un garaje y que encandila al mundo con su capacidad para crear productos innovadores que responden a necesidades del público y se adelantan a sus gustos. El jefe con el que muchos querrían trabajar. Con empresarios como él, el capitalismo despliega su fuerza de innovación, el mercado consagra los productos de más calidad y la libertad de empresa se utiliza para establecer una sintonía con los clientes como pocos lo lograron antes de Apple.

   En cambio, los congregados por “Ocupa Wall Street” y los indignados de otros países protestan contra los desmanes del capitalismo financiero que están en el origen de la crisis económica. Amparado en una creciente desregulación, el sector financiero asumió riesgos crediticios cada vez mayores, con “inventos” que aumentaron enormemente el volumen de transacciones con el que los bancos podían hacer dinero. No era el riesgo del empresario que apuesta por un producto innovador. Era el riesgo del especulador, del que busca una ganancia máxima a corto plazo sin preocuparse de lo que vendrá después.

   Steve Jobs ha sabido ofrecer al público productos que respondían con nuevas soluciones a necesidades reales, instrumentos fiables, bien hechos. Y logró que esos productos fueran sencillos de utilizar, una tecnología “con rostro humano” y atractivo diseño.

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ACEPRENSA

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