Todos tenemos una idea algo precisa de lo que da valor a la vida humana. Lo difícil es la realización concreta de ese ideal cada día, ya que requiere ante todo continuidad y constancia. Y también saber cómo realizarlo en situaciones y circunstancias muy diversas, a veces nuevas e imprevisibles.
La realización de ese ideal se ha de concretar en la vida ordinaria: hay diversos modos de usar los bienes que tenemos; hay que saber orientarnos ante las alternativas que se nos plantean y que nos obligan a tomar determinadas decisiones, a veces particularmente difíciles a causa de los sentimientos y pasiones que suscitan en nosotros.
Además hay que tener en cuenta también la diversidad de las personas. Una decisión concreta que resulta acertada para una persona, puede no serlo para otra a causa, por ejemplo, de que supera su capacidad.