lunes, 28 de enero de 2019

JMJ de Panamá: Prelado del Opus Dei: «La amistad misma ya es apostolado»

Catequesis de Mons. Fernando Ocáriz en Panamá con universitarios y bachilleres, en el marco de la JMJ.

25 de enero de 2019
El prelado acudió al Centro Universitario Entremares, centro del Opus Dei muy cercano al Campo Santa María La Antigua, epicentro de algunas de las principales reuniones de la Jornada Mundial de la Juventud.

En Entremares celebró la Santa Misa. En la breve homilía hizo alusión a la festividad de la Conversión de san Pablo. Animó a los presentes a pedir al apóstol de las gentes por la conversión de cada uno de los asistentes a los actos con el Santo Padre: “No solo por conversiones de gente que no tiene la fe sino también para que cada uno de nosotros dé pasos adelante hacia el Señor”.
Tenemos que desear “la conversión permanente”, señaló. “Como san Pablo, nos encontramos continuamente con el Señor, que nos dice: ‘¿A qué esperas? ¿Por qué te retrasas? ’ Pidamos al Señor que nos haga reaccionar”. Solicitó también oraciones por los cristianos perseguidos o que encuentran especiales dificultades.
‘¿A QUÉ ESPERAS? ¿POR QUÉ TE RETRASAS? ’
Mons. Ocáriz se trasladó luego al Centro de Convenciones Vasco Núñez de Balboa, donde tuvo su primera tertulia de catequesis en el marco de la JMJ. Al comienzo, se entretuvo unos minutos con un grupo de jóvenes que habían acudido desde Venezuela. A la primera catequesis asistieron más de 1.500 chicas procedentes de diversos países: desde Panamá hasta Filipinas. Las jóvenes le recibieron haciendo una “ola especial”, en alusión a los dos mares (Atlántico y Pacífico) en los que se encuentra Panamá.
Nada más comenzar, el prelado pidió oraciones por el Papa Francisco. También habló sobre la alegría, diciendo que “nuestra finalidad es querer cada día más al Señor” y que estando cada una en su sitio es donde le espera la felicidad. Zugeilys, de Panamá, hizo la primera pregunta. Después continuaron María José (Colombia), Natalia (Brasil), Guadalupe (Uruguay), Sofía (El Salvador), Karin (Chile), Regina (México), Tita (Guatemala) y María Gabriela (Brasil).
“Es posible sufrir, es posible llorar, pero ¿estar tristes?, no", dijo el prelado. También habló sobre la vocación que Dios tiene para cada una y cada uno. “Hay que tener valentía para querer, no solo para ver. Cuando decimos sí al Señor, es por una gracia interior. No hay que temer porque la vocación, cualquier vocación, es un don que Él nos hace”.
Por eso, “hemos de poner de nuestra parte ese ‘sí quiero’. Luego, hay que dejarse aconsejar, hacer oración y acudir con toda la frecuencia que se pueda a la Eucaristía”. También habló ampliamente de la libertad: “Porque para comprometerse hay que hacerlo libremente. El compromiso es un modo de ejercer la libertad”, recordó.
Finalmente, mencionó la importancia de la amistad. “Cuando hay verdadera amistad, hay interés por la otra persona. Si es verdaderamente amiga –dijo a una de las participantes-, ella se interesará por tus cosas y tú por las suyas. Ése es un punto de partida y, poco a poco, la amistad se convierte en apostolado; y juntas os acercaréis al Señor”.
Tras recibir a algunas familias, el prelado celebró por la tarde otro encuentro de catequesis con universitarios. Unos 900 jóvenes, la mayoría de Centroamérica, llenaban la sala. Al entrar, se detuvo a saludar a Gerardo, un muchacho en silla de ruedas que recibe formación cristiana en un centro del Opus Dei. Gerardo le regaló al prelado una estampa de san Óscar Romero.
En esa catequesis, Mons. Ocáriz señaló que “san Josemaría nos ha recordado que podemos encontrar al Señor en los momentos de la vida ordinaria. La santidad está al alcance de todos: en el trabajo, en el deporte, en la familia… en todo”. Y añadió: “A veces no entendemos eventos que nos ocurren o que ocurren en el mundo. Para eso, ayuda tener fe”.
Clemente, de Chile, tiene 22 años de edad y pidió al prelado una reflexión para los jóvenes que están considerando la vocación al celibato apostólico. . “Si una persona ve que es el camino que Dios le señala –por las circunstancias, por los signos y por los consejos de quienes les conocen-, que se lance a ello", le respondió. "No hace un favor a Dios con el celibato apostólico. Es Él quien nos está haciendo un don. Recuerda lo que Jesús dijo a la Samaritana: ‘Si conociérais el don de Dios, y quién es el que te lo da...’”.
Francisco, de México, contó que hace dos años estaba muy alejado de Dios y que hoy vive en un Centro de la Obra. “¿Cómo hacer para no abandonar la oración diaria?”, preguntó. El prelado confirmó que ser fieles a un rato de conversación diaria con Dios cuesta. “El catecismo habla de ‘combate’ al hablar de la oración. Requiere esfuerzo. Pero siempre, aunque haya salido mal, ha valido la pena hacerla. Hay muchos métodos para hacer oración. Uno es leer el Evangelio, meterse en las escenas, tratar en ellas al Señor”.
Un joven nicaragüense mencionó las dificultades que atraviesa su país. “No hay que perder la esperanza –respondió el prelado-. Rezad, porque rezando ya hacemos mucho. La Cruz es un misterio, no la entendemos. Es cuestión de fe”.
Otro le preguntó sobre qué hacer cuando se toma una decisión equivocada: “Nadie escoge el mal por el mal. Algo bueno vemos en el mal para escogerlo”. Lo importante es “ser muy sinceros con nosotros mismos para saber que lo que nos hace felices es el bien, el amor, el Amor más grande que es Dios”.
El prelado concluyó con una llamada al optimismo: “No hemos de desanimarnos; san Josemaría nos enseñó a comenzar y recomenzar. Recomenzar siempre acudiendo en primer lugar a donde está la fuerza: en la confesión y en la Eucaristía; en las buenas amistades; en el consejo…”.
Al concluir, los participantes le regalaron un sombrero típico de Guatemala, bandas de mano de la JMJ y una imagen de la Virgen.
24 de enero de 2019
Mons. Fernando Ocáriz aterrizó el jueves a las 6.45 de la tarde en el aeropuerto de Tocumen (Panamá). Algunos fieles del Opus Dei y voluntarios de la JMJ le acompañaron a la capilla, donde pocos días antes se había inaugurado una placa que recuerda el paso por aquel lugar de diversos santos, entre los cuales está san Josemaría. El prelado rezó ante una imagen de la patrona de Panamá, santa María la Antigua.
A continuación, fue al centro de convivencias Cerro Azul, situado en unas montañas cercanas a Tocumen.
Al llegar, saludó a las fieles de la Obra que le esperaban en el Centro de Capacitación Tagua, un centro que promueve proyectos educativos en beneficio de la mujer panameña.
En Cerro Azul, quienes le acompañaban le contaron anécdotas de la JMJ, del Papa, y le transmitieron el ambiente que había entre las personas jóvenes que se han dado cita en Panamá.
21 de enero de 2019
El arzobispo metropolitano de Panamá, José Domingo Ulloa, inauguró el pasado 21 de enero en el Aeropuerto Internacional de Tocumen (Panamá) una placa que recuerda los santos y beatos que llegaron al país a través de este aeropuerto.
Resumen del viaje pastoral que emprenderá el prelado tras la JMJ.Resumen del viaje pastoral que emprenderá el prelado tras la JMJ.

El texto dice: “En recuerdo del paso por este Aeropuerto Internacional de Tocumen - Panamá, de: San Juan Pablo II, Papa; San Óscar Arnulfo Romero, arzobispo; San Josemaría Escrivá de Balaguer, Fundador; Santa Madre Teresa de Calcuta, Fundadora; Beata María Romero Meneses, religiosa; Beato Álvaro del Portillo, obispo y de otras insignes personas que hicieron de su vida un servicio a la Humanidad”.
“Así queda para la historia que grandes personajes han pasado por este aeropuerto”, señaló el arzobispo.
La placa continúa: "Siendo Arzobispo de Panamá S.E.R. Monseñor José Domingo Ulloa Mendieta, se devela esta placa en conmemoración de la visita de Su Santidad el Papa Francisco, del 23 al 27 de enero de 2019, y de la primera imagen peregrina de Nuestra Señora del Rosario de Fátima, en ocasión de la Jornada Mundial de la Juventud"
San Josemaría pasó por Panamá camino a Guatemala en 1975. Viajaba desde Venezuela en un viaje de Catequesis.
Monseñor Ulloa lee la placa.Monseñor Ulloa lee la placa.
La visita de san Josemaría

En febrero de 1975, a pocos meses de su marcha al cielo, san Josemaría se dirigía de Venezuela a Guatemala y el avión en el que volaba aterrizó en Panamá, en el Aeropuerto Internacional de Tocumen. La labor de la Obra en Panamá no había iniciado (lo hizo en 1996). Con san Josemaría viajaba también el beato Álvaro del Portillo.
Mons. Echevarría —siendo ya Prelado del Opus Dei— viajó a Panamá en el año 2000 y en una reunión con fieles de la Obra recordó aquella breve estancia en tierras canaleras: «Uno mi oración –dijo Mons. Echevarría- a la que hizo aquí, hace 25 años, san Josemaría. Era un sacerdote que el corazón no le cabía en el cuerpo. No pudimos estar más que una hora en el aeropuerto porque era un lugar de tránsito, pero os aseguro que su oración se concentraba sobre esta tierra estupenda, sobre los que estaban entonces, los que nos habían precedido y por los que vendrán».
opusdei.es
Juan Ramón Domínguez Palacios
http://enlacumbre2028.blogspot.com.es

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