viernes, 5 de agosto de 2016

El Brexit sale muy caro a los británicos

LAS autoridades británicas y comunitarias todavía no se han sentado a negociar los plazos y condiciones que marcarán la salida del Reino Unido de la UE ni el nuevo marco de relaciones que fijarán ambas partes, pero la victoria que obtuvo el Brexit en el referéndum del pasado mes de junio se ha traducido ya en una profunda crisis política y, sobre todo, en una tormenta económica cuyas consecuencias sufren ciudadanos y empresas. 

Tras años de crecimiento y creación de empleo, la economía británica se asoma de nuevo a la recesión, de la que avisa el fuerte frenazo que experimentaron en julio sus principales motores productivos. El sector servicios –que representa casi el 80 por ciento del PIB– acaba de registrar su mayor contracción en siete años, lo que, unido a la debilidad del sector industrial, avanza una posible caída de la actividad económica en la segunda mitad del año. 

El grado de incertidumbre es tal que el Banco de Inglaterra bajó ayer el tipo de interés hasta un nuevo mínimo histórico del 0,25 por ciento, el primer recorte desde 2009, al tiempo que ampliaba su programa de compra de deuda (hasta los 518.389 millones de euros) para tratar de paliar el golpe del Brexit. Si al deterioro económico se le suma el desplome de la libra, con la consiguiente pérdida de poder adquisitivo por parte de los británicos y la sustancial depreciación que sufren sus activos inmobiliarios y empresariales, resulta evidente que la apuesta por abandonar la UE se está cobrando una elevada factura en Reino Unido. 

Las consecuencias de la decisión que adoptaron los británicos el pasado junio deberían servir de advertencia para desconfiar de los demagogos y populistas que abogan por recetas y medidas rupturistas, sin reparar en los daños, inmediatos, que acarrean al conjunto de la sociedad.

abc.es

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