domingo, 28 de febrero de 2010

Hipocresías. Chesterton y los hipócritas


La cuestión de la secularización de la sociedad catalana ha despertado una interesante discusión. De lo que no cabe duda es que el “católico sociológico” o cultural o como le queramos llamar, ocupa un lugar importante en nuestra sociedad: casi siete de cada diez se define católico. Evidentemente, en este alto porcentaje también se incluyen los no practicantes y los que no comparten el contenido íntegro de la fe católica.

Querría detenerme a reflexionar un fenómeno curioso ¿Cómo se explica que en una sociedad con un porcentaje tan elevado de católicos, muchos medios de comunicación desprecien o ridiculicen lo católico? ¿Por qué una mayoría choca con tantas dificultades a la hora de tratar de dar una educación determinada a sus hijos en una sociedad democrática? Y esta paradoja no es exclusiva de Cataluña.

No pretendo dar una respuesta exhaustiva a base de datos, sino plantear una reflexión sobre tres posibles causas –hipocresías, las llamaremos– y una, también posible, solución.

Siguiendo a Chesterton, comencemos por la primera hipocresía. “El viejo hipócrita clásico era el hombre cuyos fines eran en verdad terrenales y prácticos, mientras fingía que eran religiosos. El nuevo hipócrita es aquel cuyos fines son realmente religiosos mientras finge que son terrenales y prácticos”. Se habla de igualdad, de solidaridad, de eficacia, e incluso de fraternidad y tolerancia para introducir una nueva moral, contraria a la doctrina de la Iglesia. Que algunos que se consideran enemigos de la Iglesia utilicen esta técnica no es de extrañar; lo curioso es que algunos cristianos, ingenuamente, den respaldo a muchas de esas iniciativas.

TemesD´Avui.org

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sábado, 27 de febrero de 2010

Derecho a matar



El Senado, por una exigua mayoría y con el apoyo del PNV y la mitad de los senadores de CiU, ha consumado la aprobación de una ley inicua, quizá el más grave error jurídico de la democracia.

Bajo el ropaje vergonzante de la regulación de la “salud sexual y reproductiva de la mujer”, la ley convierte lo que hasta ahora había sido en nuestro ordenamiento jurídico un delito, en un derecho de la mujer.

Mientras, el presidente del Gobierno proclamaba en la ONU, a propósito de la pena de muerte, que nadie tiene derecho a quitar la vida a un ser humano. A menos, al parecer, que aún no haya nacido.

La ley, que entrará en vigor dentro de cuatro meses, entraña una transformación radical de nuestro derecho y de la concepción sobre la dignidad de la vida humana. Lo que era un delito es ahora un derecho. A pesar de que se intentó negar la realidad, el artículo 18 lo configura como un derecho de la mujer.

No se trata de una mera despenalización, sino de su configuración como derecho; esto es, como algo que puede ser legítimamente exigido de los poderes públicos; es decir, no algo meramente lícito, sino exigible con la fuerza del derecho. No es que se despenalice matar en ciertos casos; es que se proclama como derecho. Hay un derecho a matar.

El texto aprobado es, si no me equivoco, inconstitucional. El artículo 15 de la Constitución establece que “todos tienen derecho a la vida”. Y al decir “todos” —y no “toda persona”— se pretendía incluir inequívocamente al no nacido. Además, el TC, aunque declaró que el feto no es titular del derecho a la vida, estableció que era un bien digno de protección jurídica.

Una ley de plazos es incompatible con esta consideración del embrión. En las primeras catorce semanas de gestación, el aborto es un derecho que se ejerce sin necesidad de alegar ningún supuesto. ¿Dónde queda la protección jurídica?

Ignacio Sánchez Cámara
Catedrático de Filosofía del Derecho
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CREO PERO NO PRACTICO


Con frecuencia encontramos a personas que “creen pero no practican” pues no participan en la vida de la Iglesia[1]. Quizá buscan sinceramente a Dios, aunque sea de un modo tan subjetivo que no garantiza encontrarle ni tratarle de veras. Unas veces fallan las creencias y otras veces falla la conducta, guiada más por las tendencias emotivas que por la fe en el Dios real.

Buscando a Dios

La villa burgalesa de Covarrubias, fundada por el conde Fernán González en el siglo X, es hoy un monumental conjunto histórico-artístico alrededor de su Colegiata. En ella destaca el “Tríptico de los Reyes Magos”, labrado y policromado en el siglo XV. Podemos contemplar en el centro a la Virgen esbelta, gentil y solemne, que ofrece el mejor Don a la humanidad: al Niño Dios, que alarga con naturalidad su pequeño brazo para curiosear aquellos regalos. La figura discreta de San José, en segundo plano, rebosa confianza y paz. Los tres Reyes, ricamente ataviados, se muestran muy señores y reverentes. En esta obra, el artista quiso jugar con el número tres como número de perfección: Tres de la Sagrada Familia, tres Reyes, tres ofrendas, tres sombreros o tocados, y tres animales, porque añadió a la mula y al buey un perrillo fiel.

En esos Magos que llegan hasta Jesús podemos ver el itinerario de los hombres que buscan a Dios, poniendo los medios a su alcance, entre ellos el conocimiento de la naturaleza como huella del Creador. Y también una búsqueda esforzada de la verdad religiosa y moral, superando tantas veces serios obstáculos. Sabemos que su empeño valía la pena, y hoy les podemos aplicar aquel pensamiento de Pascal: «No hay más que tres tipos de personas: unas, que sirven a Dios habiéndole hallado; otras, que se empeñan en buscarlo sin haberle hallado; otras, que viven sin buscarle y sin haberle hallado. Las primeras son felices y razonables, las segundas son razonables, y las últimas son desdichadas»[2].

¿Qué significa creer en Dios?

Un sencillo ejemplo puede ayudar a responder a esta cuestión, pues sucede algo parecido a quien visita un museo sin tener una guía o conocimientos de arte. Al desconocer un itinerario adecuado para la visita, la disposición de cada escuela o las características de un determinado pintor, todo aquello puede parecerle farragoso y cansado, con riesgo de no disfrutar de esas obras de arte.

«Creer en Dios significa, para el hombre, adherirse a Dios mismo, confiando plenamente en Él y dando pleno asentimiento a todas las verdades por Él reveladas, porque Dios es la Verdad. Significa creer en un solo Dios en tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo» (Compendio, 27). Es decir, creer en Dios implica aceptar unos principios o verdades de la fe y acomodar a ellos la conducta.


Jesús Ortiz López

[1] En una reciente obra titulada precisamente «Creo pero no practico. Una Guía para vivir con fe». Eunsa. Pamplona, 2009, el Profesor Jesús Ortiz plantea esta cuestión tan actual. A continuación ofrezco algunas ideas de ella.

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viernes, 26 de febrero de 2010

Cómo desmontar las 14 excusas más habituales para no confesarse


«Me confieso directamente con Dios»; «no sirve de nada, siempre vuelvo a caer»; «me da vergüenza»... son solo algunas de las excusas más frecuentes para no confesarse. Tienen respuesta y solución.

Eduardo Volpacchio
/La Senda

Cuando se trata de acercarse al sacramento de la confesión es muy común escuchar algunos de los siguientes «motivos» para justificar su inutilidad o su inconveniencia. Estos son los 14 más habituales:

¿Quién es el sacerdote para perdonar los pecados?

Sólo Dios puede perdonar los pecados. Sabemos que el Señor dio ese poder a los Apóstoles; además, ese argumento lo he leído antes… precisamente en el Evangelio: lo decían los fariseos, indignados, cuando Jesús perdonaba los pecados… (consúltese Mt 9, 1-8).

Yo me confieso directamente con Dios, sin intermediarios
Genial … pero hay algunos «peros» que se tienen que considerar… ¿Cómo sabes que Dios acepta tu arrepentimiento y te perdona? ¿Escuchas alguna voz celestial que te lo confirma?

¿Cómo sabes que estás en condiciones de ser perdonado?
Te darás cuenta de que la cosa no es tan sencilla… Una persona que roba un banco y se niega a devolver el dinero, por más que se confiese directamente con Dios o con un sacerdote, si no tiene intención de reparar el daño hecho -en este caso, devolver el dinero-, no puede ser perdonada… porque ella misma no quiere «deshacerse» del pecado.

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jueves, 25 de febrero de 2010

Diez tendencias que están cambiando la Iglesia


¿Cómo será la Iglesia católica en el siglo XXI? John Allen, experto periodista de información religiosa, destaca en su nuevo libro The Future Church (1) las tendencias que están cambiando la Iglesia, especialmente respecto a los paradigmas que han predominado desde el Vaticano II.

John L. Allen, norteamericano, periodista y autor de varios libros, presenta en The Future Church: How Ten Trends are Revolutionizing the Catholic Church, una visión de conjunto de los retos a que se enfrenta una Iglesia milenaria al lidiar con cambios que pueden poner a los católicos en complicados dilemas.

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ACEPRENSA

miércoles, 24 de febrero de 2010

El Gobierno de Benedicto


La noticia puede pasar inadvertida en España. El gran cardenal Vlk, testigo de la fe durante la represión de la Primavera de Praga, deja su puesto en la colina de San Vito. Le sustituye Dominik Duka, un dominico que también sufrió arresto y hubo de trabajar en la fábrica de Skoda mientras enseñaba teología en la clandestinidad. Elegir un pastor para Praga no ha sido un desvelo menor para el Papa, pero es sólo uno entre tantos.

La pasada semana fue de infarto: la amargura en torno al caso Boffo, celebración de la Jornada del enfermo, una vibrante lección (sin papeles) a los seminaristas de Roma, y el domingo visita al albergue de Cáritas en la estación Termini. Las cámaras, tan celosas, han captado una lágrima que se escurre de los ojos del Papa mientras escucha la bienvenida de una mujer sin techo: "querido Santo Padre, que Dios le dé la fuerza de permanecer sereno, fuerte y lleno de esperanza, como lo estamos nosotros".

Con razón Benedicto XVI pudo decir, con esa precisión llena de dulzura que ese albergue "es un lugar donde el amor no es sólo una palabra o un sentimiento, sino una realidad concreta, que permite hacer entrar la luz de Dios en la vida de los hombres y de toda la comunidad civil".

El Papa volvió contento a casa, cierto de que la Iglesia tiene dos grandes tesoros: el de sus pobres (radicalmente abiertos a la gracia de Cristo) y el de la fe confiada por los apóstoles y aquilatada en obras y palabras por los santos y los maestros de todos los siglos.

Se recoge temprano, pero no para el legítimo solaz del domingo. Le espera una dura tarea, ya que el lunes recibe a todos los obispos de Irlanda. Una ojeada a los últimos informes sobre la crisis provocada por los casos de abusos sexuales en la Isla de San Patricio, un vistazo al discurso que ha preparado, quizás las últimas correcciones en el margen con su letra menuda, pluma en mano.

José Luis Restán
PaginasDigital.es

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La crisis no deja ver la crisis


La crisis económica, que algunos negaron y luego minimizaron, es hoy tan opaca y densa que no deja ver la otra crisis, la más profunda, de la que acaso aquella depende. Pensaba Ortega y Gasset que la política es un orden superficial y adjetivo de la vida. Creo que la economía también, y aún más.

Quienes no aceptamos el materialismo histórico no estamos dispuestos a conceder que la clave de la historia y la ley con arreglo a la cual se mueve, sea de naturaleza económica. Los problemas económicos pueden ser, en ocasiones, los más básicos, los más acuciantes, pero nunca son los más graves y profundos para la vida de las sociedades. La miseria, el hambre y la explotación no son sólo problemas económicos, sino también culturales y morales.

La superficialidad de la crisis económica no es incompatible con su gravedad. Al hablar de superficialidad me refiero a que se trata de un problema que afecta a lo más visible de la realidad social y a que es más síntoma que causa profunda. Pero si esto es así, su posible solución no se encuentra en la superficie, es decir, no es puramente económica, sino cultural y moral. Los remedios económicos, urgentes y necesarios, serán sólo paliativos si no van acompañados de remedios más profundos.

La crisis económica dificulta la visión de la grave crisis política e institucional. El sistema de 1978 se encuentra convaleciente, si es que no agonizante. El partidismo y su causa general, el particularismo, crecen sin parar. La Constitución es zarandeada sin miramientos. Los Estatutos de Autonomía aspiran a ser constituciones particulares. El poder judicial carece de independencia y el Tribunal Constitucional ve cómo su ya menguado prestigio se desangra ante un retraso en la resolución del recurso planteado contra el Estatuto catalán, que es mucho más que un retraso.

La crisis económica dificulta la visión de la grave crisis nacional, pues todo lo anterior es consecuencia y síntoma de una grave crisis nacional, cuya clave se encuentra en la ruptura de la concordia que presidió la Transición, deliberadamente emprendida por este Gobierno, sobre todo durante la primera legislatura, hasta que la crisis económica reclamó su atención.

Ignacio Sánchez Cámara es catedrático de Filosofía del Derecho
LA GACETA
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martes, 23 de febrero de 2010

El derecho de los padres a escoger la educación moral y religiosa


Recientemente en varias naciones se ha producido un intenso debate sobre el derecho a la educación. En efecto, parece como que la sociedad advierte con mayor claridad la importancia de la educación para la formación de las generaciones futuras, y por lo tanto, para la conformación de la sociedad en el futuro inmediato. Por ello se ha despertado un interés claro por parte de los poderes públicos por intervenir en la educación.

Es razonable que el Estado intervenga en la educación que se da en las escuelas, pero los poderes públicos no pueden olvidar que el papel principal en la educación corresponde a los padres de familia, no al Estado. Así lo señala la Declaración Universal de los Derechos Humanos, aprobada por las Naciones Unidas en 1948: “Los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos” (art. 26,3).

La Santa Sede, por su parte, ha expresado esta idea de un modo sintético al decir que “los padres, ya que han transmitido la vida a los hijos, son los primeros y principales educadores” (Congregación para la Educación Católica, Carta circular de la Congregación para la Educación Católica sobre la enseñanza de la religión en la escuela, n. 2).

El papel de los poderes públicos en la educación ha de ser garantizar los objetivos que la propia Declaración señala: “La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales; favorecerá la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas las naciones y todos los grupos étnicos o religiosos, y promoverá el desarrollo de las actividades de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz” (Naciones Unidas, Declaración Universal de los Derechos Humanos de 10 de diciembre de 1948, art. 26, 2).

Pedro María Reyes Vizcaíno
www.iuscanonicum.org

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lunes, 22 de febrero de 2010

La certera objeción de conciencia a la PDD


Asistí a la presentación del “Manifiesto ante la nueva situación de dispensación de la píldora postcoital” (PDD), promovido por la Plataforma Profesional Farmacéutica que tuvo lugar en Barcelona el pasado 30/01/10. Me movió a asistir la necesidad de conocer y apoyar esta iniciativa que es como un oasis en el desierto de nuestra cultura actual. Los farmacéuticos Almudi.org - Isabel Viladomiuson ahora los que responden en conciencia a una medida que proviene del Estado y que pretende anular su responsabilidad profesional.

Desde que entró en vigor la dispensación libre de la PDD, el pasado 28 de septiembre, ha habido un incremento de ventas del 300%, superando las 150.000 unidades en toda España. Es evidente que la obtención de una receta era un freno para su dispensación, quedando ahora fuera de todo control. El único control será sobre las unidades vendidas y los beneficios obtenidos por los laboratorios, calculados en 7,2 millones de euros para este año.

En verdad, la PDD se convierte en un grave problema moral al que un numeroso grupo de farmacéuticos quiere decir ibasta! Muchos cosas se han vuelto a hacer mal por parte del Gobierno y su Ministerio de Sanidad, que modificó la ficha técnica y los prospectos correspondientes de la PDD sin motivos que justifiquen el cambio, obviando la normativa actual. Además se ha autorizado su dispensación a menores de 16 años sin consentimiento de los padres.

El folleto informativo de la PDD no cumple el deber legal de suministrar una información cierta, ya que no explica que puede impedir la anidación del embrión y omite los efectos adversos. Con ello se niega el derecho de la usuaria a disponer de la información necesaria para que su decisión sea libre e informada. Todos estos aspectos se trataron con rigor en la presentación del Manifiesto.

Isabel Viladomiu
Associació Catalana d'Estudis Bioètics
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Los males del mundo y la libertad humana


"Ver morir muchos niños me ha hecho ateo", dice un reportero de guerra en un reportaje aparecido hace pocos días. También para los que creemos en Dios el mal en el mundo es un misterio. Pero lo es el mal gratuito. El que parece no tener una causa aparente. Pero si el mal es producido por el mal uso de la libertad del hombre entonces eso no tiene ningún misterio.

Hace poco otro periodista destacado en Haití decía que "las instituciones católicas eran las que mejor habían funcionado", pero que él no creía en Dios. Luego se ha puesto de manifiesto Almudi.org - "Los males del mundo..."que la enorme mayoría de las casas no tenían suficiente hormigón en los cimientos. Aquí ha sido la corrupción la que ha producido unas desgracias mucho mayores debido a querer ahorrar o robar poniendo menos material del necesario en la construcción. Otra vez es el mal uso de la libertad.

La enorme mayoría de males que hay en el mundo son provocados por la libertad humana. Algunos los permite Dios para que nos acerquemos a Él como han hecho millones de personas, entre ellos intelectuales y santos.


Carles Clavell
ForumLibertas.com

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domingo, 21 de febrero de 2010

La libertad según Zapatero


Al día siguiente del Desayuno de Oración que protagonizó nuestro presidente de Gobierno en Washington, me decía un amigo que el discurso de Zapatero le había parecido pura vacuidad. A mí no me lo ha parecido. No digo que su discurso fuera una prodigiosa pieza oratoria o tuviese una insondable profundidad. Pero sí que tenía un fondo ideológico claro y, lo que quizá resulte más interesante desde un punto de vista sociológico, posee la virtualidad de hacer explícito uno de los problemas peor resueltos de nuestra civilización, que no es otro que el de cómo articular verdad y libertad.

Zapatero lo tiene claro. Para él, la verdad es un subproducto de la libertad, carece de entidad propia. “La libertad es la verdad cívica, la verdad común. Es ella la que nos hace verdaderos, auténticos como personas y como ciudadanos, porque nos permite a cada cual mirar a la cara al destino y buscar la propia verdad”. Nos encontramos ante un remake de su famosa inversión de la evangélica sentencia “La Verdad os hará libres”, por su contraria, “la libertad os hará verdaderos”.

El discurso de Zapatero es prototípico de una determinada visión liberal de la política. Se trata de un liberalismo en el que la libertad conduce a y necesita de una visión liberal de la moral. “Hoy, dice nuestro Presidente, mi plegaria quiere reivindicar igualmente el derecho de cada persona, en cualquier lugar del mundo, a su autonomía moral, a su propia búsqueda del bien”. Si estas palabras tuvieran un significado meramente político, si lo que quisiera decir Zapatero es que la libertad de conciencia ha de estar libre de coacción, yo lo subscribiría al cien por cien.

Si lo que reclama es que el espacio público ha de ser un espacio de libertad, un ámbito configurado para que la libertad de conciencia y de religión tenga la máxima acogida posible, en el que cada persona pueda desarrollar su propio itinerario vital de acuerdo con su conciencia, es preciso darle la razón y, de paso, recordarle la importancia de la objeción de conciencia.


Francisco de Borja SANTAMARÍA
Arvo

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sábado, 20 de febrero de 2010

Padres exhaustos, hijos hiperprotegidos




El exceso de proteccionismo sobre los hijos está creando una generación de padres exhaustos que han de ingeniárselas para llegar a todo. Da la impresión de que educar bien a un hijo es llenar cada minuto de su tiempo libre.

Hace unos años, en las escuelas de Estados Unidos triunfó el concepto de los “padres helicóptero”, llamados así porque se lanzaban en picado al mínimo problema (cfr. Aceprensa, 29-03-2006). Bastaba que un chaval se presentara en casa con un suspenso imprevisto, un arañazo o una cara larga para que los padres aterrizasen en el colegio a pedir explicaciones. Pese a su buena voluntad, lo cierto es que los “padres helicóptero” llegaron a ser muy temidos por los docentes.

Contra el exceso de proteccionismo se han rebelado Gever Tulley y Julie Spigler, fundadores de Tinkering School. Se trata de una escuela de verano que pretende fomentar la creatividad de los chavales. Allí aprenden a hacer manualidades e inventos. También hay tiempo para realizar actividades de riesgo, supervisadas siempre por monitores.

Pese a las dificultades que han tenido para encontrar editor, Tulley y Spigler han recogido en un libro algunas de esas experiencias. Escrito con una buena dosis de provocación, Fifty Dangerous Things (you should let your children do) es una guía de juegos “peligrosos” que ofrecen alternativas de ocio a la televisión y los videojuegos.

En realidad, los juegos no son más peligrosos que aquellos a los que seguramente jugaron muchos de los padres de estos chavales: encender una hoguera con una lupa, trepar por un árbol, jugar al fútbol bajo una granizada, etc.

Para desdramatizar el asunto, los autores han optado por un estilo humorístico. Los títulos de los capítulos son deliberadamente provocativos: “Fabrica un explosivo”, “Súbete a un tejado”, “Aprende a jugar con fuego” (“eso sí, fuera de casa”, advierten)…

están solos en esta batalla”.

Juan Meseguer Velasco
ACEPRENSA

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viernes, 19 de febrero de 2010

El "caso irlandés"


Me han llamado la atención varios aspectos de la reunión que el Papa mantuvo en Roma, el 15 y 16 de febrero, con los obispos de Irlanda para tratar de la dolorosa cuestión del abuso de menores cometido por algunos sacerdotes en los pasados decenios.

Los sintetizo en estos tres: 1) la radicalidad con la que el Papa ha abordado el tema: no hay paños calientes ni consideraciones que puedan llevar a ocultar el dato objetivo de que se trata de crímenes; 2) el sentido de responsabilidad de los obispos irlandeses, que se asumen la culpa del fracaso para atajar eficazmente esos abusos (aunque en muchos casos, se trate de episodios lejanos en el tiempo); 3) la abundante cobertura informativa que se ha ofrecido de la reunión y la plena apertura a colaborar con la justicia civil.

Entre los numerosas crónicas y artículos publicados, me ha interesado lo que dice hoy Filippo di Giacomo en L'Unità, antiguo órgano del Partido Comunista Italiano. Se refiere a los prejuicios con que a veces se ha abordado el tema Iglesia y pedofilia, como si la culpa de los crímenes la tuviera el celibato. “En realidad, afirma, fuentes no confesionales fijan en el 0,3 por ciento el porcentaje de infamia para el clero católico, una cifra mucho más baja de la que afecta a otras categorías profesionales y a los ministros de otras religiones, los cuales al no ser católicos y al trabajar en tierras anglosajonas acaban –con toda justicia– ante los tribunales, pero son ignorados por la prensa, incluida la prensa católica”.

El veterano periodista Luigi Accattoli comentaba ayer en Liberal el dato positivo de que la Iglesia estuviera reaccionando, y enumeraba los pasos llevados a cabo por Benedicto XVI en estos casi cinco años de Pontificado. Anota Accattoli que ante el desolador panorama moral, la única institución que hace autocrítica es la Iglesia católica. Sin quitar nada a la gravedad de los casos, es significativo que “nuestra sociedad civil y política parece no advertir la corrupción omnipresente, el tráfico indecente y el prostíbulo que la están arrasando”.

Diego Contreras
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jueves, 18 de febrero de 2010

Encuentro con Nicolás Jouvé sobre los aspectos ciéntificos de la nueva ley del aborto


La Ley de Salud Sexual y Reproductiva y de Interrupción Voluntaria del Embarazo (conocida como reforma de la ley del aborto) fue votada ayer en la Comisión de Igualdad del Senado y previsiblemente será votada el próximo 24 de febrero en el pleno de esta cámara antes de su regreso al Congreso de los Diputados

Con este motivo y en el marco de sus encuentros interdisciplinares con expertos, Profesionales por la Ética ha dialogado sobre este proyecto con Nicolás Jouve de la Barreda, catedrático de Genética de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Alcalá. Autor de más de 200 publicaciones científicas, ha participado en numerosos congresos y encuentros científicos de ámbito internacional. Además, preside la asociación CíViCa, ciencia, vida y cultura: www.investigadoresyprofesionales.org

A su juicio, ¿cuáles son las novedades más significativas de la Ley que reformará el aborto en España?

De acuerdo con la declaración de intenciones del Gobierno, la principal novedad de la reforma de la ley del aborto es su reconocimiento como un derecho de la mujer. Pero además, y no menos importante la incursión en el campo educativo de la llamada ideología de género, plasmada en el proyecto como una ley que pretende reducir el número de abortos en España, por la generalización de la anticoncepción y la información sexual desde la escuela. Otra novedad es la desatención a la recomendación del Tribunal Constitucional de dar protección jurídica al concebido no nacido. Esto es particularmente manifiesto por la generalización del diagnóstico genético prenatal para que alguien pueda decidir qué vida es digna o no de ser vivida.

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miércoles, 17 de febrero de 2010

Sobredosis de ideología en Educación


El ministro de Educación, Sr. Gabilondo, busca alcanzar un pacto educativo entre los dos partidos mayoritarios y con los agentes educativos, contando necesariamente con los padres de los alumnos. Porque sin ellos no hay nada que hacer

Una vez aprobada la Ley Orgánica de Educación el gobierno socialista ha impuesto su Educación para la ciudadanía como asignatura obligatoria, que tiene ya notables dificultades y varias sentencias en contra en tribunales autonómicos.

En efecto, esa materia nace con un pecado original por falta de consenso entre el Ministerio de educación, los padres y la comunidad educativa, pero además suscita serios reparos por constituirse el Estado en educador de la conciencia moral de los jóvenes invadiendo competencias y derechos de los padres. Y se añade un problema importante al conocer los contenidos de esa materia que lleva instaurar un código ético alternativo, por ejemplo, sobre la afectividad-sexualidad y la naturaleza del matrimonio, y crear una nueva conciencia social relativista sin referencia a valores morales objetivos.

A favor de la educación cívica


El legislador ha pretendido ampararse en la normativa europea que en 2002 recomendaba una educación para la ciudadanía democrática. Pero el Consejo de Europa quería evitar precisamente la desestructuración y el relativismo que genera hábitos poco democráticos, como es la tendencia a la abstención política, la apatía civil y la falta de confianza en las instituciones democráticas.

Quiere educar a los jóvenes en los valores de la participación de la solidaridad y de la tolerancia, evitando actitudes racistas, xenófobas, discriminatorias o nacionalistas que impiden la estabilidad y el crecimiento democrático. Pero en ningún momento esta normativa europea intenta educar la conciencia moral de los jóvenes ni tomar postura sobre los fundamentos prejurídicos de la legislación, y menos se inmiscuye en el complejo mundo de la sexualidad, de los afectos o de la naturaleza del matrimonio, porque consideran que le educación de la conciencia moral no compete al Estado sino a la familia y a la sociedad.

Jesús Ortiz
Doctor en Pedagogía
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martes, 16 de febrero de 2010

Conversos del siglo XX


Sin ningún ánimo de exhaustividad, vamos a hacer un repaso de algunos conversos que han tenido mayor impacto cultural. Nos limitaremos al área occidental. Sin olvidar nunca que la Iglesia está muy viva y crece en otras áreas geográficas, como Corea, el África subsahariana, la India, China o Taiwan. Donde también son frecuentes las conversiones, incluidas conversiones de intelectuales.

Nuestro objetivo es trazar una panorámica, que nos permita identificar un poco las dimensiones de este fenómeno. Vamos a agrupar a los conversos por áreas lingüísticas. Se trata de un criterio algo arbitrario, pero nos permitirá ordenarlos según una cierta homogeneidad cultural. Son individualidades que no siempre es posible conectar entre sí, como si formaran una red o una secuencia.

Lo más característico de una conversión es lo que tiene de relación personal con Dios, cosa que difícilmente se somete a clasificaciones. En todo caso, dividiremos la exposición en dos periodos: la «primera mitad» de siglo (que hacemos llegar hasta la preparación del Concilio Vaticano II; y la «segunda mitad», a partir de los años sesenta.

1) La veta francesa

La primera mitad de siglo significa en Francia un gran crecimiento de la presencia cristiana. Aunque esto no quiere decir que sea un crecimiento general, o que se hayan resuelto las dificultades culturales arrastradas desde la Revolución francesa y la instauración de un régimen republicano de fuerte sesgo laicista. El siglo XIX fue un siglo de renovación cristiana y de muchas fundaciones, después del tremendo trauma de la Revolución.

Entre muchos otros, llama la atención la actividad de un converso, el P. Lacordaire, refundador de los dominicos en Francia, después de que esta orden de tanto arraigo hubiera sido suprimida por la Revolución. Al inicio del siglo XX, tenemos una pléyade de grandes dominicos intelectuales. Y, en otro grado, lo mismo sucede en otras órdenes y congregaciones. Como muestra del vigor intelectual de la época, tan llena de personalidades, ha quedado un notable conjunto de obras enciclopédicas cristianas, además de una infinidad de revistas.

JUAN LUIS LORDA
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lunes, 15 de febrero de 2010

LIBERTAD DE EDUCACIÓN


Imagínese usted que quiere comprar un coche. Imagine también que el Gobierno le dice a usted qué coche se tiene que comprar, de qué marca, color, y potencia. ¿Cuál sería su reacción? ¿Indignación? ¿Protesta? ¿Rebelión? Pues depende

Si usted vive en Cuba, o en cualquiera de los pocos países comunistas que quedan (fueron muchos en su día), su reacción será de alegría. Es de los pocos afortunados que tiene coche. Además, usted nunca habrá experimentado la libertad de elección y, por tanto, no la echará en falta.

Pero si usted vive en un país libre, democrático y desarrollado, probablemente pondrá el grito en el cielo por no poder comprar el coche que quiere. ¡Hasta ahí podríamos llegar! Y seguro que usted tendrá razón. Ahora, le pregunto: ¿qué valora más usted, la calidad de su coche o la educación de sus hijos?

La respuesta es obvia: la educación de mis hijos. Entonces, ¿por qué no admitimos que el Gobierno decida cuál es nuestro coche y sí decida el tipo de educación de nuestros hijos? La realidad es que una amplia mayoría de ciudadanos no pueden decidir en España a qué colegio llevan a sus hijos. El Gobierno se lo impone.


Eduardo Martínez Abascal
Expansion.com
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ESENCIA DE MUJER


La lucha por la igualdad entre los sexos en derechos y deberes ha sido larga, dura y cruenta, jalonada incluso por la muerte de mujeres valientes, que en tiempos difíciles dieron su vida por la consecución de tal ideal. Basta recordar a Olympe Marie de Gouges, guillotinada en 1791, por pretender que la Declaración de Derechos del “hombre y del ciudadano” se aplicara también a las mujeres. Gracias a ellas, hoy existe una igualdad al menos formal, reconocida en nuestra Carta Magna, y podemos acceder prácticamente a cualquiera de los trabajos realizados por los hombres.

Sin embargo, como señaló Sigrid Undset, feminista de inicios del siglo XX, “el movimiento feminista se ha ocupado tan sólo de las ganancias y no de las pérdidas de la liberación”. Y es que, en este arduo proceso hacia la igualdad, las mujeres hemos sufrido un enorme daño colateral, al dejar en el camino algo que nos es consustancial: la esencia femenina, la feminidad.

Asumimos de forma espontánea, y sin queja alguna, que los roles masculinos eran los justos y oportunos, que debíamos imitarlos para lograr la igualdad, que éramos nosotras, y no ellos, las que teníamos que cambiar. Y así lo hicimos, ocultando nuestros sentimientos y afectividad por miedo a ser tachadas de débiles o blandas, intentando ser frías y competitivas y adoptando un aspecto varonil, nos traicionamos a nosotras mismas, sacrificamos nuestra alma femenina, a cambio de ser aceptadas en el universo masculino y nos transformamos en “hombretonas”, imitando los comportamientos y maneras de vestir de los varones.

Recordemos cómo la gran jurista Concepción Arenal, a mediados del XIX, accedió a las aulas de Derecho de la Universidad Complutense bajo ropajes de caballero, para colmar su deseo e interés por esta licenciatura. O cómo Clara Campoamor, en 1931, para lograr el derecho al sufragio femenino, renunció expresamente a su condición de mujer: “Señores Diputados: Yo, antes que mujer, soy ciudadano”.

María Calvo Charro
Presidenta de EASSE-España. Doctora en Derecho
ANÁLISIS DIGITAL
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LA ESENCIA DEL LIDERAZGO


Alexandre Dianine-Havard, director del Havard Virtuous Leadership Institute (www.hvli.org), enseña Liderazgo y Excelencia haciendo de las virtudes clásicas la base de la excelencia personal y de la actividad profesional. De ascendencia rusa, georgiana y francesa, es diplomado en Derecho por la Universidad París 5. La versión castellana de su libro aparecerá en el primer semestre de 2010. Actualmente reside en Moscú. Reproduzco la entrevista realizada por Arvo

Arvo/ Padres y profesores buscamos habitualmente líderes…

Alexandre Havard/ No, no. Un momento. Empezamos mal. No hay que buscar líderes. El líder no nace. No está reservado al nacimiento. Los líderes se hacen. En esa tarea los padres y profesores a que Ud. se refiere tienen un rol fundamental.

A/ Cuesta pensar que el liderazgo no esté reservado a una élite. Los líderes no abundan.

A.H./ Es cierto, pero si no abundan es porque no se intenta… hay que sembrar. Lo hacemos quienes dictamos seminarios sobre liderazgo… me animaría a decir que tienen más posibilidades de éxito los profesores y los propios padres.

A/ Veo liderazgos en un jefe de estado al frente de un país o al empresario estrella lanzando productos que cambiarán nuestras vidas. ¿No se es necesario tener carisma, habilidades, competencias…?

A.H./ Es cierto que hay gente que tiene talentos y cualidades, pero ello no constituye la esencia del liderazgo. La esencia del liderazgo es el carácter.

A/ ¿No el temperamento?

A.H./ No, no es el temperamento. Tampoco es algo reservado a unos pocos. Uds. esperan de sus hijos y alumnos que tengan carácter… y el contenido del carácter lo dan las virtudes. Categóricamente puedo decirle que, cada uno de sus hijos o alumnos, si se esfuerzan por crecer en las virtudes igual que respiran, alcanzarán ese liderazgo al que aspiran.

ARVO
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domingo, 14 de febrero de 2010

ADICTOS A LA MARCHA NOCTURNA


Pasar la noche entera, o casi, “de marcha” se ha convertido en la opción preferida de ocio para muchos jóvenes y adolescentes, como cualquiera puede observar y un reciente estudio corrobora en España. Tales planes suelen incluir excesos en la bebida, y a veces droga, sexo esporádico, peleas o accidentes. Esto invita a plantearse cómo proponer a los jóvenes otras formas más seguras de divertirse

“Más del 80% de los jóvenes madrileños de entre 15 y 24 años centran su forma de ocio en la marcha nocturna y afirman que les compensa salir toda la noche, a pesar de los riesgos (embriaguez, peleas, relaciones sexuales sin protección, etc.) que puede implicar”. Ésta es una de las principales conclusiones del estudio Ocio y riesgos de los jóvenes madrileños realizado por la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD), Obra Social Caja Madrid y el Instituto de Adicciones del Ayuntamiento de Madrid, y publicado el 27 de enero pasado.

Estos datos son, en general, extrapolables al resto del país.

Los motivos que tienen los adolescentes y jóvenes para preferir llenar su tiempo de ocio saliendo de marcha nocturna frente a otras alternativas son bien conocidos.

El atractivo de la noche

En primer lugar, dice el estudio, “la noche se les presenta como espacio para la experimentación”.

Les atrae porque diluye los límites y relaja las responsabilidades. En las salidas nocturnas no hay control de los padres, no hay que dar cuenta de lo que se hace, todo está permitido. Los defectos se difuminan, se aparcan los deberes y se puede ser lo que no se es durante el día.

A los adolescentes les cautiva la marcha nocturna porque creen encontrar ahí la libertad recién descubierta y la quieren estrenar a toda costa. La noche les permite bailar, beber, desinhibirse, probar nuevas experiencias, ser otros durante unas horas, relacionarse sin poner en juego nada más que la epidermis… Los tímidos se vuelven osados; los rechazados se sienten queridos; los solitarios, acompañados; los menos agraciados se ven guapos; los inseguros cobran seguridad; los antipáticos parecen simpáticos; los inocentes pierden la inocencia.

ACEPRENSA
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sábado, 13 de febrero de 2010

Lecciones de superación en África


Kimlea es una esperanza para la mujer de Kenia. Ochenta años después del comienzo del trabajo apostólico de san Josemaría Escrivá con las mujeres, el 14 febrero de 1930, múltiples iniciativas en los cinco continentes difunden la llamada a la santidad, para todos y en todas las circunstancias. Kimlea, en Kenia, es una de ellas

En la fotografía de la derecha Margaret y su familia en su casa de Banana Hill
(Frankie es la tercera por la izquierda, con Mary Njeri,profesora de Kimlea, a su derecha)

«Nganga tiene 3 años y está desnutrido. Pedimos a una donante italiana que se encargara de su alimentación, incluyendo dos vasos de leche diarios. Ya está recuperado y juega en la escuela. Abraham y Orando fueron abandonados cuando tenían 1 año, y su padre no podía alimentarlos. Después de tres años de una dieta adecuada, van a la escuela y su padre nos agradece haberles dado la esperanza de vivir».

Lo cuenta Frankie Gikandi, que dirige desde 1990 Kimlea, centro de formación rural para la mujer, a 30 kilómetros de Nairobi, donde han recibido formación más de dos mil mujeres. «Queremos compartir sus necesidades, darles herramientas», dice. La escuela es una obra corporativa del Opus Dei, sostenida por Kianda Foundation, institución que promueve varias iniciativas educativas en Kenia. La Prelatura comenzó su trabajo apostólico en este país en 1958.

Frankie pasó muchas horas recogiendo café, además de estudiar y ayudar a su madre. «Mi padre tenía claro que las niñas debían estudiar, frente a la salida habitual de ser casadas cuanto antes -cuenta-. Y aunque mi familia era presbiteriana, estudié en un centro católico, y me bauticé a los 14 años. Después estudié Secretariado, Comercio y Contabilidad».

En 1973, conoció a san Josemaría en Roma: «Le pedí oraciones por mi familia y no olvidaré jamás su fe y su cariño, enormes, tan grandes que, desde el 26 de junio de 1975, he pedido siempre su ayuda. Me dijo que no me preocupara, que entre los dos conseguiríamos su acercamiento a la fe, como así ha sido».

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viernes, 12 de febrero de 2010

El filósofo Alejandro Llano: “Ha habido un gran descuido en la formación intelectual de los católicos”


En una entrevista publicada en Mundo Cristiano, el filósofo Alejandro Llano afirma que “somos el asombro del mundo, pero no sólo por nuestros éxitos deportivos, sino por haber pasado de ser la nación más conservadora a la más descabalgada moralmente”.

Para el filósofo, formarse, leer, estar al tanto de lo que se debate en el mundo, “es una tarea prioritaria”. “Los católicos –señala- y las personas con ideas positivas sobre la vida, están de manera muy precaria en la vida pública”.

Sobre este tema, dijo también que los católicos “no tienen portavoces que lleven sus ideas al ámbito político” y dijo que es “un poco raro” que no haya partidos importantes que tengan un claro planteamiento provida, profamilia o procultura. “Los partidos de la derecha –añade- son muy conservadores y muy pragmáticos y, en consecuencia, tienen poca gallardía a la hora de funcionar”.

Preguntado por si los católicos en España se han dejado ganar el terreno en la universidad frente a personas con una visión de la vida progresista, Alejandro Llano responde que “parece como si el interés por los libros, por la creatividad, por el arte, por la ciencia, sea más propio de los llamados progresistas” y que “los que creen en el espíritu no valoran el espíritu en muchas ocasiones”.

En este sentido, subraya que “ha habido un gran descuido de la formación intelectual de los católicos, cuando los católicos debemos llevarnos la mano a la conciencia”, señala. “En España hay muy buenos intelectuales que son cristianos pero rara vez tienen eco en los medios de comunicación”.

El sentido del silencio de Dios


Se han dado, en estos días, diversas respuestas a la pregunta sobre dónde estaba

Dios cuando Haití se desplomó. Todas ellas expresan puntos de vista valiosos, que

pueden inspirar sentimientos de conformidad y mover a la aceptación de la cruz.


Pero se quedan un tanto cortas, por la profunda razón de que los acontecimientos de la vida

espiritual son complejos, y su sentido profundo sólo lo captamos cuando vemos

conjuntamente las diversas facetas que presentan. En este sentido, cabe decir que la

verdad es polifónica (R. Guardini) e, incluso, sinfónica (H. Urs von Baltasar).


Cuando la tragedia y el dolor nos oprimen, solemos preguntar cómo permite Dios

tales males, si es un Padre providente y bueno. Celebraríamos, entonces, que tuvieran

lugar –por parte de Dios– golpes de efecto que dejaran patente la conexión entre su

carácter amoroso y la marcha del mundo. Ello nos permitiría palpar lo religioso y

convertirlo en una experiencia irrefutable. Pedimos signos, y éstos permanecen

ausentes. Todo parece llevarnos a la convicción de que debemos arreglar la vida por

nuestra cuenta, pues Dios guarda silencio ante nuestras súplicas. ¿Cómo explicar este

silencio de Dios?



Alfonso López Quintás (Alfa y Omega)


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jueves, 11 de febrero de 2010

50 AÑOS DE LA PÍLDORA


Hace 50 años se autorizó en Estados Unidos la venta al público del primer anticonceptivo oral a base de hormonas. Desde entonces, millones de mujeres han usado la píldora, y se han podido conocer cada vez mejor sus efectos secundarios. Los estudios disponibles prueban que tiene riesgos más o menos importantes según el tipo de usuarias, y que estos riesgos no han desaparecido con las píldoras de última generación

Inicialmente, los anticonceptivos combinados (AC) que contienen hormonas femeninas (estrógenos y progestágenos) suscitaron miedos porque aumentaban el riesgo cardiovascular (infarto de miocardio, trombosis cerebral). Esto llevó a reducir progresivamente las dosis de estrógeno. Se pensaba que el estrógeno era el único responsable. Así, surgieron sucesivamente AC de primera, segunda y tercera generación. Además se introdujeron nuevas moléculas de progestágenos.

¿Qué cambia con los de última generación?


Durante un tiempo se admitió que los AC más recientes ya no incrementaban el riesgo cardiovascular. Por desgracia, a mediados de los años noventa se supo que eran precisamente los AC de tercera generación (Minulet, Gynovin, Microdiol, Meliane, Melodene, Gestinyl) los asociados a mayor riesgo de trombosis, pero no de tipo arterial sino venosa. Esto es importante, porque en mujeres menores de 40 años la trombosis venosa (en las venas de las extremidades o en la vena pulmonar, que puede ser mortal) es unas 5 veces más frecuente que la arterial (que puede producir infarto de miocardio o accidente cerebrovascular).

Miguel Delgado-Rodríguez y Miguel A. Martínez-González
ACEPRENSA
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miércoles, 10 de febrero de 2010

RELIGIÓN VERDADERA, RELIGIÓN MÍTICA


En la observación de la realidad religiosa de Occidente, y más concretamente de España, surge con frecuencia la pregunta: ¿es cristiana nuestra sociedad o ha dejado de serlo?

En uno de los libros publicados en los últimos años del ahora Benedicto XVI se lee: “Varron (el más docto de los romanos) distingue entre tres clases de ‘teologías’, entendiendo por Almudi.org - Religio vera, religio mythicateología la ‘ratio quae de diis explicatus”, la comprensión y explicación de lo divino. Son la theologia mythica, la theologia civilis y la theologia naturalis”.

Citando al filósofo romano explica que “los teólogos de la theologia mythica son los poetas, porque compusieron cantos acerca de los dioses”. Son aquellos que escriben historias que tocan los sentimientos, que cuentan ficciones que nos pueden tranquilizar o levantar el ánimo en los malos momentos.

“Los teólogos de la theologia física (natural) son los filósofos, es decir las personas doctas, los pensadores, los cuales, yendo más allá de la costumbre, indagan acerca de la realidad, de la verdad”. En este sentido no se cansará Ratzinger de advertir que la religión cristiana es la primera y única que se puede llamar teológica pues se apoya en un sistema filosófico, en gran medida el griego, y a través de esos conocimientos pretende demostrar donde está la Verdad.

“Los teólogos de la theologia civil son los ‘pueblos’, los cuales, en su elección, no se adhirieron a los filósofos (no se adhieren a la verdad), sino a los poetas”. El pueblo inculto o aquellas personas cansadas de buscar lo verdadero se refugian en el sentimiento. Esto es lo que veía Varron, y Ratzinger advierte que S. Agustín, al citar a este sabio romano, relacionaba sin ninguna duda al cristianismo con la theologia fisica, la religión de los filósofos.

Ángel Cabrero Ugarte
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martes, 9 de febrero de 2010

EVANGELIO Y LAICIDAD


La sentencia del Tribunal de Estrasburgo sobre los crucifijos en las aulas, el veto suizo para construir nuevos minaretes, la posible prohibición en Francia del burka o las intervenciones de la jerarquía católica con motivo de algunas leyes (aborto, equiparación de las uniones homosexuales con el matrimonio, legalización de la eutanasia y del suicidio asistido en algunos países, regulación de la asignatura de religión en el currículo escolar, etcétera) ponen de relieve una vez más la potencial conflictividad política de las creencias religiosas. Previsiblemente, la reforma de la Ley de Libertad Religiosa prometida por el gobierno español también pondrá de actualidad un debate recurrente en la política

LA LAICIDAD, UN BIEN POLÍTICO

En el seno de las democracias actuales, este debate gira en muchas ocasiones en torno a la idea de laicidad. La prohibición en Francia hace cinco años de que las estudiantes llevaran velo en la escuela se hizo en defensa de la laicidad. Muchos posicionamientos –generalmente de carácter prohibitivo- relacionados con aspectos sociales de las creencias religiosas se hacen en nombre de la laicidad. Esto lleva a que, para muchos creyentes, el término laicidad posea connotaciones negativas, al percibirla como una amenaza a su libertad religiosa.

Por otra parte, el maximalismo de algunos de los que invocan la laicidad para reducir las legítimas expresiones de religiosidad o incluso las costumbres sociales con origen religioso, como puede ser poner un belén en la calle por Navidad, no ayuda nada a debatir la cuestión con serenidad. Para abordar estas cuestiones con éxito resulta oportuno, por tanto, aclarar qué se entiende por laicidad y, en función de ello, dar respuesta a las cuestiones concretas que en cada caso se planteen.

Una ayuda muy útil en este sentido es la distinción realizada por Martin Rhonheimer en “Cristianismo y laicidad” entre una concepción meramente política de la laicidad y un concepto integral –integrista- de laicidad.

La versión meramente política de la laicidad establece que el ámbito político ha de ser constitutivamente laico. Esto se materializa en la laicidad del Estado, que comporta, resumidamente, una triple exigencia: su aconfesionalidad, es decir, que el Estado no hace suyo ningún credo religioso; su soberanía, lo que conlleva la completa independencia de los poderes del Estado respecto a cualquier poder religioso; y, finalmente, la irrelevancia de las creencias para el disfrute íntegro de la ciudadanía.

Francisco Santamaría
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lunes, 8 de febrero de 2010

SOY CREYENTE PERO NO PRACTICANTE


¿Quién no tiene un amigo o un pariente que, estando bautizado y creyendo en Dios, declara no ser practicante? ¿Quién no ha intentado explicarle la razón de nuestra esperanza y felicidad, pero sin conseguirlo?

Reproduzco una entrevista al Profesor Jesús Ortiz que acaba de publicar, en la Editorial EUNSA, una obra de gran actualidad en nuestro tiempo titulada, precisamente, “Creo pero no practico”.

¿Cómo explicaría el fenómeno de los creyentes no practicantes?

Todos conocemos personas que creen pero no practican, pues no participan en la vida de la Iglesia. Quizá buscan sinceramente a Dios, pero de un modo tan subjetivo que no garantiza encontrarle ni tratarle de veras. Unas veces fallan las creencias o están diluidas en un humanitarismo genérico, y otras veces falla la conducta, guiada más por las tendencias emotivas que por la fe en el Dios real.

Fallan las creencias, pues muchos tienen sólo una formación elemental de las verdades de la fe y de las prácticas católicas, que juzgan desde los recuerdos de infancia. Han evolucionado preparándose para una profesión, haciendo una carrera, pero su conocimiento de la identidad cristiana y de las prácticas católicas ha quedado estancado, atrofiado.

Por eso les invitaría a buscar a Dios y comprender mejor el valor de la religión, la racionalidad de la fe, y la identidad de los discípulos de Jesús de Nazaret. Por otra parte, no me atrevería a decir que los católicos practicantes son creyentes perfectos. Solamente los santos han alcanzado la meta de la perfección y felicidad en Dios, como premio a sus luchas por ser coherentes y su servicio a los demás.

Basta con recordar a Madre Teresa de Calcuta, Josemaría Escrivá, el Padre Damián, Sor Ángela de la Cruz, Maximiliano Kolbe, etc., por mencionar sólo a santos recientes. Pero, salvo los canonizados, todos los demás podemos considerarnos también creyentes no practicantes "del todo", siempre en proceso de formación. Por eso no pretendemos dar lecciones ni ser ejemplo de perfección, pero sí dar testimonio de que luchamos por practicar la fe cristiana, en privado y en público.

ARVO
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sábado, 6 de febrero de 2010

LEY DE IGUALDAD: UN RABINO JUDÍO DA LA RAZÓN AL PAPA


Las declaraciones de Benedicto XVI sobre la ley de igualdad británica han provocado cierto revuelo en algunos ámbitos. No obstante, distintos líderes religiosos han mostrado su apoyo al Papa. El último en adherirse ha sido Jonathan Sacks, rabino jefe de la United Hebrew Congregations of the Commonwealth

El pasado 1 de febrero, Benedicto XVI pronunció un discurso ante los obispos de Inglaterra y Gales en el que defendió “la libertad de las comunidades religiosas para actuar en conformidad con sus creencias”. Las palabras del Papa venían a cuento de una enmienda a la ley de igualdad que se estaba debatiendo esos días en el Parlamento británico (cfr. artículo relacionado).

Pese a la diplomática reacción del gobierno, no han faltado grupos radicales que se han opuesto a la visita del Papa. La Sociedad Secular Nacional ha iniciado una campaña de recogida de firmas contra Benedicto XVI. Entre otras cosas, le reprochan que quiera seguir manteniendo para la Iglesia el “privilegio” de negarse a emplear en puestos administrativos a los homosexuales y transexuales.

La ideología de los derechos

Así las cosas, Jonathan Sacks, rabino jefe de la United Hebrew Congrations of the Commonwealth, ha salido en defensa del Papa en una columna publicada en The Times (3-02-2010). Al igual que han hecho estos días otros líderes religiosos del Reino Unido, Sacks suscribe sin titubeos la advertencia de Benedicto XVI de que la igualdad no puede ir contra la libertad religiosa.

Para Sacks, existe el riesgo de que “los derechos se conviertan, antes que en una defensa de la dignidad humana –siendo ése es su ámbito propio–, en una ideología política que se lleva por delante todo lo que encuentra a su paso. Esto está pasando cada vez más en Gran Bretaña. Y por eso, estemos o no de acuerdo con el Papa, debemos tomarnos en serio sus reproches contra la ley de igualdad”.

Sacks está convencido de que, en una sociedad democrática, las creencias religiosas no tienen por qué gozar de un estatus privilegiado. “Las religiones han de tener influencia, no poder. Nadie debería aspirar a imponer sus convicciones religiosas a golpe de ley. En una sociedad libre, la voz religiosa debería persuadir, no obligar”.

Curiosamente, esta visión de las relaciones entre religión y libertad –así como el entero edificio de los derechos humanos– descansa sobre una proposición religiosa: que todos, con independencia de nuestro color, credo o cultura, somos imagen de Dios. Esta es, según Sacks, la visión que arraigó en la mente de los primeros pensadores que formularon la doctrina de los derechos humanos en el siglo XVII.

“Por esta razón, utilizar la ideología de los derechos humanos para atacar a la religión supone minar el fundamento mismo de los derechos. Cuando prohibimos a un empleado cristiano llevar la cruz en un aeropuerto; cuando despedimos a un enfermero por recomendar a un paciente que rece; cuando forzamos a las agencias de adopción católicas a que entreguen a un niño en adopción a las parejas del mismo sexo; o cuando decimos que los criterios de admisión de un colegio judío son racistas (no en las intenciones, pero sí en los resultados), estamos entrando en un terreno muy peligroso”.

“En vez de tachar de injustificada la intervención del Papa, deberíamos abrir un debate honesto sobre la línea que separa nuestra libertad como individuos y nuestra libertad como miembros de una comunidad religiosa. Nadie debería verse obligado a elegir una, a costa de la otra”.

(THE TIMES)
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