De hecho, en países como India, este tipo de cuidados solo se han hecho visibles gracias a las actividades de entidades privadas, de voluntarios o de ONGs. Es el caso de Kerala, un territorio al sur del país, que actualmente cuenta con dos tercios de todos los centros de cuidados paliativos de la India. En 1993 la Pain and Palliative Care Society puso en marcha un programa –con financiación estatal – de educación para profesionales de la salud y voluntarios. Como resultado, el estado de Kerala fue uno de los primeros en modificar la restrictiva política de acceso a la morfina y otros derivados del opio recomendados para el tratamiento del dolor en enfermos terminales. En 2008, además, adoptó una política general sobre los cuidados paliativos mucho más avanzada que la de la mayoría de la India.

   También en África se han producido algunos avances. El gobierno de Uganda ha mostrado en los últimos años una actitud más positiva ante el tratamiento específico del dolor. Así, en 2004 cambió sus leyes para permitir a las enfermeras y a los especialistas en enfermos terminales prescribir morfina.

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