Gemma García tiene una hija y un hijo. El pequeño empezó a sentirse infeliz en el colegio concertado al que acudía y optaron por llevarlo a un centro solo para niños.
En concreto a Altair, un colegio concertado del Opus Dei que cumplió 50 años el pasado 2017 y que se ubica en Cerro-Amate, en Sevilla, uno de los distritos, según el Instituto Nacional de Estadística, más pobres de España. Al ver cómo el pequeño daba un cambio radical, "era feliz", también optaron por un centro de educación diferenciada para su hija mayor. En el caso de la niña, que ya es universitaria y cursa Ingeniería Biomédica, fue al centro educativo Ribamar al comenzar la Secundaria.
Allí se dieron cuenta por vez primera de que tenía altas capacidades y aptitudes especiales para las matemáticas. La invitaron a participar en las olimpiadas andaluzas de esta asignatura y llegó a la competición nacional, logrando una mención. Nunca antes había destacado en esta materia. Fue una sorpresa. Fue clave que tuviera una tutora que la atendía personalmente y evaluaba sus capacidades. En Altair también existe la figura del preceptor, con la misma misión. Son algunas de las diferencias respecto a otros colegios. En Altair, además, excepto en Infantil, todo el profesorado es masculino. En Ribamar, todas son mujeres. ¿No perjudica eso a su vida real? "Ellos después salen en grupos mixtos, se relacionan con chicos y chicas indistintamente. Mi hija preparó esas olimpiadas matemáticas en un grupo de 25 y solo cuatro eran chicas", dice Gemma García.
Formar "en igualdad"
La directora de Ribamar, Macarena López, explica que "según muchos estudios, los chicos tienen más facilidad para el razonamiento matemático y las chicas destacan en el área lingüística y de humanidades, con este modelo adaptamos el aprendizaje teniendo en cuenta estas características y potenciando donde tienen más carencias para que ambos alcancen los mismos objetivos". "Nuestro objetivo es formar a la mujer para que se pueda incorporar al mundo laboral en igualdad de oportunidades", señala.
Los centros de educación diferenciada concertada, con 45.000 alumnos en España y unos 11.000 en nueve centros en Andalucía, acarician con los dedos una sentencia del Tribunal Constitucional que, según avanzó la SER, será favorable a que se puedan seguir financiando con fondos públicos centros educativos que segregan por sexo. El porcentaje es pequeño en el volumen total del presupuesto pero hace mucho ruido. Es el clásico los niños con los niños y las niñas con las niñas que era casi obligatorio en las escuelas públicas españolas hasta que llegó la democracia. En Andalucía además la mayoría de estos centros son religiosos y están vinculados al Opus Dei.
El PSOE recurrió la ley orgánica para la mejora de la calidad educativa (Lomce) de 2013 por abrir la puerta a la discriminación por sexos. Fuentes del alto tribunal emplazan a la próxima reunión del pleno, fijada para el 9 de abril. Desde el Gobierno andaluz advierten de que no van a cambiar su posición y recuerdan que "Andalucía es pionera en coeducación, fue la primera comunidad en elaborar un plan de igualdad en la educación". Desde la Consejería de Educación urgen al PP a un pacto de Estado "realista". El PSOE abandonó la mesa de negociación. "La Lomce es la peor ley educativa de la Historia. Contiene preceptos muy dañinos que van en contra de los principios de igualdad. La Ley Wert vulnera el artículo 14 de la Constitución, el 16.3 que declara la aconfesionalidad del Estado y el 27.2, que defiende que la educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana. Confiamos en que el Constitucional lo avale", señalan desde la Junta.
En la comunidad andaluza la batalla judicial no es nueva. Tiene ocho años. La Junta de Andalucía fue de las primeras en intentar retirar fondos públicos a los colegios que segregaran por sexo. Estas escuelas lamentan el uso peyorativo de los términos que se emplean. "No es escuela segregada sino diferenciada", insisten los directores y padres consultados.
Gemma García, presidenta del Ampa del colegio Altair, ha estado en esa batalla judicial de años con el apoyo de CECE, la patronal de los centros de enseñanza privada. Ella trabaja en la universidad, nada que ver con la abogacía, pero se implicó en defender algo que considera básico: "El derecho de los padres a elegir con libertad la educación de sus hijos". Pero ¿con fondos públicos? "Es que yo también pago impuestos, como tú, y tengo derecho a elegir la que considero la mejor opción pedagógica para mis hijos. ¿Quién puede pensar que ninguna madre va a optar por un colegio que margine o discrimine? Todos queremos lo mejor para nuestros hijos", contesta.
Cada cuatro años, ahora la Lomce fija cada seis, había que negociar el convenio y cada vez que tocaba acababan recurriendo en los tribunales la decisión del Gobierno andaluz de retirar los conciertos. El batiburrillo de sentencias, a favor y en contra, donde unas salas se contradecían a otras, no ayudaba. Solo un año, en el curso 2013, la Junta ganó hasta el final. El Supremo falló a su favor con la LOE en la mano. En 2017, ya con la Lomce en vigor, la situación cambió radicalmente y los padres ganaron en última instancia.
"Cada vez que nos sentábamos con la Junta no se debatía de calidad, de resultados, de eficacia, no se tenían en cuenta datos como el índice de fracaso escolar, o qué demanda había en los centros, qué querían los padres. Solo eraun debate ideológico", asegura Gemma García. Entre los argumentos de partidos de la izquierda contra la educación diferenciada como PSOE, IU o Podemos está que esta opción vulnera el artículo 14 de la Constitución, que impide la discriminación por razón de sexo.
Religión y pedagogía
"El planteamiento está mal hecho. Si de verdad es porque la educación diferenciada es inconstitucional sería para la concertada y para la privada, ¿o no? Es que solo quien pueda pagar puede elegir entonces. Pues mire no estoy de acuerdo. Tú puedes tener una forma de pensar pero no puedes imponer tu pensamiento", asegura Pepe Aguilar, presidente del Ampa de otro colegio solo de niñas en Sevilla, el Ángela Guerrero, regentado por las Hermanas de la Cruz. Él también eligió la educación diferenciada para sus dos hijas aunque eso le haya llevado hasta a afrontar discusiones con sus compañeros de trabajo en un hospital de la sanidad pública.
"Es agotador sí, pero la lucha compensa", asegura este padre. Tanto la labor de Altair como de las Hermanas de la Cruz a favor de los niños con menos posibilidades educativas ha permitido que estos centros gocen de muchos apoyos en la ciudad más allá de otras cuestiones ideológicas. En el colegio Ángela Guerrero hay 50 alumnas sin recursos internas. Por las aulas de Altair han pasado más de 12.000 alumnos en su medio siglo de vida, la mayoría "hijos de obreros". En los peores años de la crisis, el 60% de las familias estaba en paro pero el rendimiento escolar no bajó. Si en Andalucía la tasa de abandono llega al 60%, en este centro es del 0%. El cien por cien de los alumnos culmina Bachillerato o va a un módulo de Formación Profesional. "Eso es otro debate. En Andalucía hace dos años, 30.000 alumnos se quedaron fuera de la FP y solo los centros privados siguen ofertando nuevos módulos acordes a las necesidades del mercado laboral. Pero la Junta se niega a concertar plazas", asegura Gemma García. La mayoría de estos centros de diferenciada en Andalucía tienen una oferta amplia en FP. Tanto Altair como el Ángela Guerrero "sin conciertos, cerrarían", aseguran los responsables de sus ampas.
Desde la Confederación andaluza de asociaciones de padres y madres de alumnos de la pública, Codapa, aseguran que un fallo a favor de esta educación sería "indignante" y recuerdan que "todo el dinero que se vaya a los colegios privados es menos dinero que va a la pública, a la escuela de todos y de todas, donde se garantizan todos los derechos del alumnado y de las familias". "Está demostrado que un alumno de la concertada cuesta al Estado 3.000 euros menos que en la enseñanza pública", replica Agüi López, directora del colegio Zalima.
Para una parte de los expertos la educación diferenciada es un modelo anacrónico, propio del régimen franquista y poco beneficioso en una sociedad donde hombres y mujeres están llamados a convivir y trabajar en igualdad. Reproduce "esquemas sexistas". Los directores de los centros y los padres piden que se dejen a un lado "ataques" y "prejuicios". Agüi López, directora del centro cordobés Zalima, asegura que "ningún tribunal ha cuestionado la legitimidad del sistema pedagógico de educación diferenciada". "Se trata de un modelo de vanguardia que está perfectamente integrado en el sistema educativo de otros países con mejores resultados académicos como son Reino Unido, Japón y Estados Unidos", añade. "Como dice Alfonso Aguiló, presidente de CECE, es un aval a la pluralidad educativa. Los padres tienen la libertad de elección", señala esta directora que habla apasionadamente de su centro educativo.
"Zalima nació hace 53 años para que la mujer tuviera más oportunidades en una época en la que nadie se ocupaba de su formación. Hoy hay instituciones como el Centro de la Mujer, el Instituto Andaluz de la Mujer o distintas organizaciones subvencionadas con fondos públicos, ¿por qué no colaborar entonces con nuestro modelo de formación, en el que fuimos pioneras?", se pregunta la directora.
Los padres que eligen este modelo para sus hijos hablar de "un ideario" y de "valores". "Nos apena que este tema de la educación esté tan sesgado por las tendencias políticas, que no dejen ver lo bueno que tiene cada opción", señala María Angustias García, directora de Albaydar, otro centro en Sevilla que confía en que pronto el Constitucional dé "una nueva confirmación de la legitimidad de esta opción pedagógica".
Los expertos no acaban de ponerse de acuerdo. En España la doctora en Derecho de la Carlos III, María Calvo, es una de las que ha publicado más estudios sobre el tema a favor de la diferenciada. Los responsables de estos centros invitan también a mirar lo que ocurrió en Alemania, donde fue un gobierno socialista el que impulsó la diferenciada, o en Estados Unidos dondela administración Obama apostó por este modelo con buen rendimiento educativo, especialmente en barrios deprimidos, pasando de seis colegios segregados de educación pública en 2006 a 500 en 2011. El filósofo y pedagogo José Antonio Marina reflexionó en El Confidencial sobre la educación diferenciada, que "mantiene que entre hombres y mujeres hay diferencias fisiológicas e innatas, no solo socioculturales, que influyen en la forma de aprender".
Marina no arrojaba una única conclusión, invitando a abrir el debate en serio. Hay teorías feministas de la diferencia que consideran que el hecho de que las chicas estén solo con otras de su mismo sexo en las aulas las ayuda a avanzar en estudios científicos y técnicos y que mejora su autoestima. Larevista Science publicó un artículo importante en 2011, 'La seudociencia de la educación por sexos', que negaba fundamentos pedagógicos o mejoras en el rendimiento de los alumnos de la educación diferenciada y lo vinculaba al hecho de que la mayoría de los estudiantes pertenecieran a clases sociales altas. "Son prejuicios, no ciencia", insistía.
"Negarnos nuestro derecho a elegir por una cuestión ideológica eso sí que es sectarismo, que me aparten de la educación que quiero para mis hijos, eso sí que es segregación", asegura Gemma García, que explica que en su colegio la mayoría de padres votan al PSOE. En las últimas municipales, en Cerro-Amate la hegemonía socialista fue total, con un 43% de los votos. "Nosotros no imponemos nada y pedimos que no nos impongan nada. Eso es democracia y lo otro el régimen franquista", asegura Pepe Aguilar. Antes solo estaban unidos los padres de la educación diferenciada. Ahora, se han sumado todos los de la concertada porque saben que ese será el gran próximo debate. La Junta ya ha dejado claro que primará los centros públicos frente a los concertados. Cada vez hay menos alumnos y antes de cerrar aulas públicas, se dejarán de financiar las privadas.
elconfidencial.com
Juan Ramón Domínguez Palacios / http://enlacumbre2028.blogspot.com.es
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