Un artículo del columnista y escritor Alfonso Ussía, titulado  "Anacrónico" y publicado en "La Razón", ha sido difundido en varias  parroquias madrileñas, entre las que se encuentra la basílica de La  Milagrosa (en la imagen). Ussía critica en su columna a la delegada del  gobierno por autorizar una manifestación contra la visita del Papa  coincidiendo con su estancia en Madrid.
   Ussía descalifica también la campaña organizada por Izquierda Unida  para denunciar el supuesto coste de la visita de Benedicto XVI, "que es  denuncia vana por cuanto el coste es de cero euros", afirma. Sin  embargo, el periodista considera que "es bueno para una nación libre y  democrática que los comunistas estén divertidos y entretenidos con sus  fantasmas y sus obsesiones".
   Así mismo, su tribuna de opinión aborda la imagen blasfema contra  Jesucristo que fue retirada recientemente de una exposición de  fotografía en Mérida: "A nadie de la izquierda se le ocurre sacar en  pelotas a Alá y su profeta Mahoma, porque la grosería y falta de respeto  conllevan un riesgo inminente. Los cristianos ponen la otra mejilla y  rezan por quienes los ofenden, y los musulmanes matan. Esa es la  diferencia, que no considero inapreciable", sentencia.
Reproduzco a continuación el texto íntegro del artículo de Ussía:
   "En el año undécimo del siglo XXI, el comunismo es anacrónico. Un  fracaso que no sirve para nada. El recuerdo de la tiranía, del muro, del  silencio y del infinito aburrimiento. En la Alemania comunista tenían  prohibidos los plátanos porque se consideraban inductores del lujo. Las  izquierdas han sido inteligentes y han conseguido convencer a muchos de  que el comunismo es democrático. Lo es, efectivamente, cuando no  gobierna. El comunismo en el poder sigue siendo dictatorial y  totalitario, porque de no ser así, no podría mantenerse. Cuando el muro  fue derribado –lo hicieron los propios comunistas pragmáticos empujados  por Juan Pablo II y Ronald Reagan, los más odiados entre los  derrumbados–, el comunismo se camufló en otros proyectos, sin perder su  férrea voluntad autoritaria. El ecologismo coñazo, el feminismo radical y  el anticristianismo obsesivo. Se trataba de acoplarse a algo que  tuviera futuro para paliar la desventura de una ideología que  representaba el fracaso rotundo del pasado. Un fracaso sangriento y  criminal, por otra parte. Todavía sobreviven, y es un decir, tiranías  comunistas. Son dinásticas. Corea del Norte y Cuba. Y el experimento  chino, que poco a poco se abre a los mercados libres con su inmenso  poder económico.
   En España hay un millón de personas que votan a los comunistas. Me  intriga, pero así es. Se mantienen gracias a la sangría decepcionada que  proviene del socialismo. Y como tienen poco que hacer se divierten en  tonterías oportunistas. Ahora protestan por la visita del Papa Benedicto  a Madrid con motivo de las Jornadas Mundiales de la Juventud. Una  visita que no le va a costar ni un euro a los madrileños y al resto de  los españoles. Días atrás, una actriz de la Ceja enchufada en  Extremadura dimitió de su cargo –es decir, se adelantó al despido–,  porque había sido obligada a retirar de una exposición la fotografía de  un maniquí vasco desnudo que pretendía representar a Jesucristo con un  crucifijo sobre sus blanduras del entrepernil. A nadie de la izquierda  se le ocurre sacar en pelotas a Alá y su profeta Mahoma porque la  grosería y falta de respeto conllevan un riesgo inminente. Los  cristianos ponen la otra mejilla y rezan por quienes los ofenden y los  musulmanes matan. Esa es la diferencia, que no considero inapreciable.
   La Delegada del Gobierno en Madrid, que es la típica "progre"  desnortada, parece que ha autorizado una manifestación contra la visita  del Papa coincidiendo con su estancia en Madrid. Y el llamado  Coordinador General de Izquierda Unida –muy poco coordina en los últimos  tiempos–, ha montado una campañita para denunciar el coste de la visita  de Benedicto XVI, que es denuncia vana por cuanto el coste es de cero  euros. Pero se justifican y se divierten, y es bueno para una nación  libre y democrática que los comunistas estén divertidos y entretenidos  con sus fantasmas y sus obsesiones.
   La visita del Papa a Madrid es un acontecimiento universal. La  juventud del mundo a Madrid viene a encontrarse con él. Millones de  jóvenes visitarán España, y Madrid se convertirá por unos días en la  Capital del futuro de la Cristiandad. Una chica de Izquierda Unida,  también coordinadora de algo –el comunismo se ha convertido en una  reunión de coordinadores, según parece–, ha sido la encargada de  presentar la campañita "Madrid sin Papa". El mensaje no tiene sentido,  porque el Papa va a estar en Madrid, y no sólo Madrid, sino toda España y  la juventud del mundo le acompañarán. Pero en fin, si así se divierten  los anacrónicos y creen que hacen algo, pues que lo pasen chupi".
RELIGIÓN CONFIDENCIAL 

Buenisimo el articulo!
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