Matrimonio. Criterios para elegir a la persona

Según Javier Escrivá Ivars, Director del Instituto de Ciencias para la Familia, Universidad de Navarra

La elección conyugal es una de las decisiones más trascendentales que pueden hacerse en la vida. En realidad se eligen dos cosas: al cónyuge, la persona persona (“contigo quiero”) y la unión matrimonial (“contigo quiero casarme”).

Para ello se requiere un conocimiento suficientemente verdadero de una persona singular (futuro cónyuge) y del matrimonio-familia (institución que se quiere fundar).  Parece claro que no basta con “sentir amor” para dar este paso. Para realizar este proiyecto va a ser necesario “saber amar” y “saber amar bien”. La persona está conformada de carácter, emociones, de inteligencia y de cuerpo, de personalidad. Las parejas deben tener un enlace adecuado en todos estos aspectos.

Al reflexionar sobre estos temas se pone de manifiesto la necesidad de redescubrir el noviazgo como periodo de conocimiento mutuo en vistas al fin que se quiere alcanzar. Si el matrimonio no es adecuadamente valorado y comprendido, tampoco será valorado el noviazgo. El noviazgo tiene relación directa con el matrimonio precisamente porque es su proceso de preparación.

Podemos sacar una primera conclusión: Para ser buenos esposos, no hace falta ser personas extraordinarias ni perfectas, puesto que el matrimonio es un camino de perfección. Sólo se requiere ser personas que se esfuercen en saber amar.

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