jueves, 24 de enero de 2019

Andrea Bocelli: "La fe no puede adquirirse sin esfuerzo"

El fenómeno de la ópera agradece la ayuda de sus padres tanto en su vida personal como profesional y revela su camino de conversión.
Andrea Bocelli, el fenómeno mundial de la ópera ha mostrado su yo más personal en una entrevista concedida a The Big Iussue Habla de sus padres, de su adolescencia, de su ceguera y también de su fe. 

"Era un adolescente muy vivaz, incluso un poco travieso, siempre dispuesto a hacer una broma y reír. Siempre tramando algo", dice en la entrevista. Cuando perdió la vista [a los 12 años de edad después de un accidente de fútbol, ​​después de haber nacido con glaucoma] lloró pero por poco tiempo. "Luego dejé de lado cualquier forma de autocompasión y decidí que necesitaba ser positivo y optimista sobre la vida, encontrando formas de explorarla. Esto no afectó en modo alguno a mi formación musical. La gente puede percibirlo como mi principal problema, pero nunca lo fue y nunca lo es", señala. 

Discusiones con su padre

Durante su adolescencia recuerda algunas discusiones con sus padres o su hermano, "pero en general éramos una familia unida y pacífica. El amor siempre prevaleció, el cariño mutuo suavizó cualquier tipo de fricción que pudiera haber surgido", confiesa. 
"Les debo mucho a mis padres. Mi padre Sandro y mi madre Edi moldearon mi personaje, ofreciéndome una educación que fue invaluable durante toda mi vida. Entre las muchas enseñanzas que recibí, mencionaría la determinación de no rendirse", revela el cantante. 
"Si pudiera tener una última conversación con alguien, sería mi padre, para agradecerle. Bastaría con tenerlo cerca de mí, sentir su sonrisa. Cualquier otra palabra sería excesiva", manifiesta. 
También recuerda como los médicos aconsejaron a su madre que abortara estando embarazada de él porque el bebé venía con graves enfermedades. "Ella continuó con el apoyo de mi padre. Sin su coraje y fe, yo no estaría aquí para contar la historia". 

De niño, agnóstico 

Confiesa que cuando de niño era agnóstico. "El joven Andrea probablemente no entendería que hoy tengo fe y creo en los grandes valores y en la necesidad de ser piadosos todos los días. A lo largo de los años he llegado a comprender que la fe no puede adquirirse sin esfuerzo: como cualquier otra disciplina, requiere compromiso, perseverancia y sacrificio. Estar comprometido con la fe significa que debemos cumplir con acciones simples que incluso pueden parecer tediosas. Si queremos mejorar nuestra fe, tenemos que someternos a la oración". 
Bocelli intima con su etapa adolescente y piensa que su agnosticismo era una táctica para evitar el problema real. "De adulto me surgieron algunas preguntas existenciales. Leer el libro de Tolstoy, Una confesión y otras maestras, me ayudó mucho en el camino de la fe. Creer que la vida está determinada por la casualidad no solo es inadecuado, sino también ilógico y poco sensible. La razón básica que nos permite tomar el camino correcto al llegar a la primera encrucijada fundamental es creer o no creer ... En mi opinión, esta es una opción y no hay alternativa.
Bocelli vive cada día, y se centra en el aquí y ahora, sin mirar hacia atrás. Para él la fama no es un valor, y por encima de todas las ocupaciones está su familia y sus hijos: "Los niños siempre son lo primero. Esto me quedó claro desde el momento en que me convertí en padre. Si pudiera regresar y revivir un momento en la vida, sería el momento en que sostuve a mi primogénito en mis brazos por primera vez". 

Grandes conciertos 

De todas las actuaciones que he hecho, probablemente le mostraría al joven Andrea el concierto en Central Park con Tony Bennett y Celine Dion en 2011 en Nueva York, que se transmitió en directo y luego se convirtió en un álbum de los cinco mejores de EE. UU. O una de las óperas que he interpretado en todo el mundo.
"Este fue siempre mi sueño, un sueño que había alimentado con mucho entusiasmo y poca esperanza. También recuerdo mi dúo con Luciano Pavarotti, o con José Carreras o Plácido Domingo. Algo difícil de comprender plenamente como adolescente, pero se hace muy claro a medida que crecemos, es que la notoriedad en sí misma no es un valor, y la fama puede ser un obstáculo para adquirir la verdadera humanidad ... Es legítimo y maravilloso poder soñar , pero como adulto uno nunca debe perder el contacto con la realidad: a menos que mantengamos ambos pies firmemente en el suelo, corremos el riesgo de perder nuestro camino", concluye. 
Andrea Bocelli ha presentado , un disco pop con canciones inéditas. 

religionconfidencial.com
Juan Ramón Domínguez Palacios
http://enlacumbre2028.blogspot.com.es

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