La
‘Fiesta de la Familia’ tendrá este año una preparación previa: en una
carpa instalada en los Jardines del Descubrimiento (Plaza de Colón)
quedará expuesto el Santísimo desde las 17,00 h. del día 29 hasta las
9,00 h. del día 30, “para adorar al Santísimo, para rezar por las
familias y para recibir el sacramento de la Reconciliación”, concluyendo
la fiesta, después de algunas intervenciones, con la celebración de la
Santa Misa, a las 12,00 h., presidida por el Cardenal de Madrid D.
Antonio María Rouco Varela
El
próximo domingo 30 de diciembre la Iglesia celebra la Fiesta de la
Sagrada Familia de Nazaret. Con este motivo, hemos hablado con el nuevo
Delegado Episcopal para Actos Públicos, Javier Cremades, quien nos ha comentado cómo afronta esta nueva etapa y cuáles son los problemas que afectan a la familia hoy.
¿Cómo afronta esta nueva etapa como Delegado de Actos Públicos de la Diócesis de Madrid?
Con
mucha esperanza y confianza en Dios porque cuento con la bendición del
Sr. Cardenal y porque en años anteriores, con Mons. Antonio Astillero,
se ha trabajado mucho y bien. Además, cuento con numerosos
colaboradores, con muchas mujeres y hombres, sacerdotes y laicos, de
nuestra diócesis que rezan por estos trabajos y cooperan generosamente
en múltiples actividades, unidos a los afanes de los pastores, con un
gran dinamismo evangelizador y un fuerte sentido de comunión eclesial.
¿Cuáles cree que son las prioridades para las familias madrileñas en la sociedad actual?
El
Santo Padre y el Cardenal de Madrid las han recordado con frecuencia en
sus enseñanzas. La prioridad esencial es y será siempre la
identificación con Cristo, la búsqueda de la santidad por parte de cada
miembro de las familias.
En
concreto, las familias madrileñas, que viven en ciudad de una tradición
cristiana multisecular, donde han vivido tantos santos y que ha sido
regada por la sangre de tantos mártires, tienen una responsabilidad
especial cara a la Iglesia entera. Han recibido mucho y se espera mucho
de ellas.
Por
otra parte es significativo que el Patrón de Madrid sea un padre de
familia. Las familias madrileñas tienen en San Isidro y Santa María de
la Cabeza, que supieron poner a Dios en el centro de sus vidas, un
ejemplo no sólo para admirar sino para esforzarse por encarnar en sus
vidas, afrontando los retos específicos del siglo XXI.
En este año de la fe, ¿cuáles son las bases sobre las que trabajar para los próximos meses?
En primer lugar, la oración. Por esa razón hemos querido preparar la Fiesta de la Sagrada Familia
con una vigilia ininterrumpida de adoración al Santísimo Sacramento. Él
es la fuente de la fe, de la gracia, del ardor evangelizador. Sin Él no
podemos hacer nada; y con su gracia, lo podemos todo.
¿Qué les diría a las familias madrileñas con ocasión de la Fiesta de las Familias del 30 de diciembre de 2012?
Les
animaría a invitar personalmente a esta Fiesta a sus amigos y conocidos
alejados de la fe, en tantos casos por falta de una catequesis
adecuada. No es una fiesta de autocelebración, sino una ocasión
formidable para miles de personas de encuentro con el Señor. Y para eso
es necesario llenarse de fe en la gracia y hablar de Dios con visión
sobrenatural, alegría, espíritu positivo y entusiasmo: hay muchas
personas, muchas familias que desean ese encuentro con el Señor.
Ya
se han dado a conocer algunas novedades, como la carpa que se colocará
en los Jardines del Descubrimiento desde el día 28 en la que habrá 40
horas de adoración, ¿se darán a conocer más detalles?
Sí;
este año habrá algunas novedades y muy variadas. En la Carpa de
Adoración al Santísimo Sacramento habrá posibilidad de acudir al
Sacramento de la Reconciliación, que tantas veces se llama, y con razón,
el Sacramento de la Alegría, por el gozo que ese reencuentro con Dios
produce en tantas almas.
¿Cómo nos invitaría a vivir el Adviento o la Navidad, la oración en familia en la Cena de Nochebuena…?
Con
un hondo espíritu cristiano: la contemplación, en los brazos de la
Santísima Virgen y de San José, de un Niño-Dios que nace en pesebre debe
llevarnos a vivir estas Navidades con especial austeridad y a ejercer
la caridad con los más necesitados. ¡Hay tantas familias en paro, que
están bajo la amenaza del desahucio; tantas personas en soledad…!
Aconsejaría leer y rezar el libro que acaba de publicar el Santo Padre
sobre el nacimiento y la infancia de Jesús, y sacar, tras esa lectura,
decisiones de caridad sincera y entrega a los otros.
Esa generosidad ─conviene recordarlo una vez más, porque así lo enseña la Iglesia─ no es un “más a más”:
es, para el cristiano, cumplir con sus obligaciones de justicia, como
creyente y como ciudadano responsable en este momento crítico que
atraviesa nuestra sociedad.
AnalisisDigital.org / Almudí
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