La obsesión por educar sin imposiciones de ningún tipo ha llevado a una situación paradójica: mientras los niños se hacen fuertes en casa y en la escuela, también se quedan sin criterios que les ayuden a orientarse en una sociedad nada complaciente con ellos. Este contraste preocupa en Suecia, Reino Unido y Estados Unidos, que han empezado a debatirlo.
Cómo los niños tomaron el poder en Suecia
Un estilo muy liberal de educación de los hijos ha conducido en Suecia a crear una generación de niños mimados y centrados en sí mismos, que no augura nada bueno para su futuro. Este es el diagnóstico del psiquiatra David Eberhard en su nuevo libro Cómo los niños tomaron el poder, que desde su publicación el año pasado ha despertado opiniones encontradas y ha hecho de su autor un protagonista de entrevistas en la televisión y de editoriales –en buena parte críticos– en los periódicos.
“Desde luego, hay que escuchar a los niños”, admite Eberhard, “pero en Suecia se ha ido demasiado lejos. Ellos tienden a decidir todo en las familias: cuándo irse a la cama, qué comer, dónde ir de vacaciones, qué ver en televisión”. “Vivimos en una cultura en que los llamados ‘expertos’ dicen que el niño es ‘competente’ y la conclusión es que los niños deciden”. Esto ha hecho que la educación del carácter de los niños deje mucho que desear. Ahora el ministro de Educación está pidiendo más disciplina en la escuela.
Reino Unido: desarrollar la fortaleza
La educación del carácter también es una idea de moda en el Reino Unido. La periodista del Guardian Gaby Hinsliff la asocia a la capacidad de “recuperarse de los fracasos, afrontar nuevos retos con optimismo, ser perseverantes y centrarse en objetivos a largo plazo”.
Oportunidades, sin perfeccionismos
La educación del carácter vinculada a la resiliencia también ha encontrado eco en Estados Unidos, a raíz del último libro de Amy Chua, The Triple Package, escrito en colaboración con su marido Jed Rubenfeld.
Chua, una profesora de origen chino de la Universidad de Yale, se hizo famosa con su anterior libro Battle Hymn of the Tiger Mother, en el que explicaba el severo estilo educativo que propugna… y que practica a conciencia con sus hijas (cfr.Aceprensa, 24-01-2011). Desde entonces es conocida en los medios estadounidenses como la “madre tigre”.
En The Triple Package, Chua y Rubenfeld sostienen que en EE.UU. ciertos grupos de inmigrantes progresan más que otros gracias a tres rasgos de personalidad: el complejo de superioridad, la capacidad para sobreponerse a la inseguridad y el control de sus impulsos.
La combinación de estos rasgos supone un auténtico trampolín en la escala social: “Los cubanos en Miami ascendieron de la pobreza a la prosperidad en una sola generación. Los nigerianos obtienen doctorados en unas tasas asombrosamente altas. Los indios y los chinos estadounidenses tienen ingresos mucho más altos que otros norteamericanos. Y los judíos quizá tienen los más altos”.
Pero la buena noticia –añaden– es que los ciudadanos de otros grupos también pueden adquirir estos rasgos de carácter. De hecho, hubo un tiempo no muy lejano en que el sueño americano no hacía distinciones y estaba abierto a todos.
ACEPRENSA: leer MÁS
No hay comentarios:
Publicar un comentario