Buena la ha armado don Fidel, perdón, monseñor Fidel Herráez, arzobispo de Burgos. En Burgos y aledaños, en la diócesis, entre los curas y los laicos, comprometidos o no, como se suele decir, claro está, no se habla de otra cosa.
¿Qué ha hecho don Fidel? Pues dar vida a la Iglesia y a la sociedad, tender puentes, crear vínculos de encuentro entre todos los sectores sociales, políticos, culturales, en torno a la catedral, que, al fin y al cabo, es la cátedra del obispo, el templo primero y principal, la sede de la liturgia, el culto a Dios, la celebración de los misterios de Nuestro Señor Jesucristo, y al tiempo, y por todo eso, cátedra de belleza.
Hete aquí que en el pontificado de don Fidel, que marcará huella, sin duda, se celebra el 800 aniversario de la construcción de la Catedral de Burgos. Y al obispo, acreditado especialista en gestionar voluntades y en aunar sentimientos, se le ha ocurrido potenciar la marca de la ciudad y de la provincia, y potenciarla en lo específico del servicio de la fe a la sociedad, en un proceso de humanización evangelizadora.
Y, por eso, retoma el aniversario, sobre la base de la confianza y de las magníficas relaciones que tiene con los actores principales de la sociedad burgalesa y castellana, desde los políticos de todas las ideologías –de todas, eh-hasta los profesores de la Universidad, pasando por su Rector.
Pues digo, lo que ha hecho don Fidel es sentarles en una larga mesa y compartir con ellos el proyecto de una historia común, que es de servicio. La Iglesia, samaritana de la cultura. Hasta consiguió que, por unanimidad, en las Cortes de Castilla y León se apoyara esta movida. Por cierto, apoyo, que no desamortización encubierta.
Ahí tenemos pues el amplio programa de actos conmemorativos del octavo centenario de la Catedral de Burgos, para honra y gloria de esa diócesis, que ha sido clave en la historia de la Iglesia en España.
Dice don Fidel en un breve mensaje pastoral, porque lo de don Fidel suele ser todo condensado y sintético, que “este centenario está siendo ya «una oportunidad para unirse toda la ciudad en la celebración». Dado que es el «icono más reconocido a nivel internacional», nos ofrece «una ocasión para unirnos como ciudad y provincia en la proyección de nuestra tierra desde el punto de vista cultural, económico, social y religioso».
La respuesta recibida en general a este proyecto es una muestra de que nosotros, como Iglesia, estamos contribuyendo a la cultura del encuentro y del diálogo, que tan necesaria es en una sociedad pluralista; estamos colaborando a configurar una ciudad amable que se va construyendo desde la integración, la acogida y la solidaridad. La Catedral tiene vocación de ser casa de todos. En ella se debe reflejar nuestra propia actitud como creyentes y como Iglesia”.
religionconfidencial.comJuan Ramón Domínguez
Palacios /
http://enlacumbre2028.blogspot.com.es
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