Unas palabras que pueden tener un valor añadido grande, y que en este caso pierden cualquier significado cuando de la ‘solidaridad’ se excluyen, nada más y nada menos que la Vida y la Familia
Recientemente se reunieron en Madrid más de 350 representantes de entidades sociales, que son “un ejemplo magnífico para todos”, según los anfitriones que las recibieron.
Se entiende, “entidades sociales” que se ocupan de las necesidades de los demás, que defienden situaciones menos protegidas, etc., etc., al menos así es según los estatutos. Me supongo que también a esta reunión se le podrá aplicar aquello de que “ni están todos los que son”; “ni son todos los que están”. Pero hay un detalle que vale la pena subrayar.
Entre esos representantes, los anfitriones no convocaron a dos entidades que merecen ser destacadas, y por muchos motivos, entre las asociaciones que “son un ejemplo para todos”, que son “solidarias”. No sé si además de esas dos, otras semejantes por sus fines, intenciones y motivos de actuación, han dejado de ser invitadas a tal celebración.
El Foro Español de la familia es una de esas entidades. El Foro, de Benigno Blanco, lleva en la brecha de la defensa de la familia desde hace ya muchos años; y con una constancia y firmeza encomiables, no deja de recordar a los gobernantes de todos los colores que la Familia es una de las instituciones peor tratadas por los órganos de gobierno. De hecho España, que gracias a la familia, ha aguantado tanto desgaste de la crisis actual, es el país que menos ayuda y peor trata fiscalmente a la Familia. ¿Cambiará algo a la vista del continuo descenso de nacimientos?
El Foro de la Familia está abierta a todas las Familias, no a los desnaturalizados sucedáneos de “familia” que cada cual se inventa a su manera y a su parecer.
Red Madre es otra de las entidades que el protocolo de invitación de los anfitriones de esa reunión de Madrid ha descartado de la lista de posibles participantes. Y Red Madre, junto a tantas otras asociaciones Pro Vida es una entidad que lucha denodadamente para que el asesinato de inocentes −atrevámonos a llamar las cosas por su nombre− no siga adelante. ¿A alguien le hubiera gustado ser “un abortado por su madre”? Lógicamente no podría responder porque no existiría; pero si su madre hubiera fracasado en el intento y él hubiera sobrevivido, ¿qué diría?
El número de niños y de niñas ya salvadas por Red Madre de una muerte segura se cuenta por un buen número de millares.
¿Por qué no han sido invitados?
Uno de los anfitriones, viendo delante de sí el grupo de gente reunido en su entorno, comentó: “Sois aquí la foto de la solidaridad en España”. Palabras que pueden tener un valor añadido grande, y que en este caso pierden cualquier significado cuando de la “solidaridad” se excluyen, nada más y nada menos que la Vida y la Familia.
Vida y Familia son el origen, el fundamento y el soporte de cualquier solidaridad que los humanos podamos llegar a construir y levantar entre nosotros.
Vida y Familia son dos dones que Dios nos ha dado a todos los humanos, y que cualquier Estado del mundo tiene el deber de proteger y defender. Y si no lo hace, pierde toda razón seria de su poder de gobernar: sólo le queda el poder por el poder, el poder de las armas, de la coacción, de la corrupción para sostener su gobierno. Si los votos de una mayoría hoy, y de otra mañana, lo justificasen todo, ¿por qué lamentarse de la misma corrupción?
Vida y Familia que son el presente y el futuro de cualquier nación, de cualquier cultura o civilización que se precie. Cualquier gobierno que las maltrate, acaba mal, y llevando a la catástrofe todo lo que toca.
Y precisamente en estos momentos, en los que se está tratando de eliminar una nefasta “ley del aborto” −¿qué ley del aborto no es nefasta?−, y se empieza a hablar de una ley que defienda el derecho a nacer fuera del seno materno −porque nacer, nacer, ya ha nacido en esta tierra−, de cualquier ser humano ya concebido, nos encontramos con esa reunión en Madrid, de la que son excluidas, me supongo que entre otras, el Foro de la Familia, y Red Madre, verdaderas y eficaces “entidades sociales”; ejemplos reales de “solidaridad”.
¿Qué espectáculo han querido montar los anfitriones?
Ernesto Juliá Díaz
almudí / religionconfidencial.com
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