¿Quién no quiere mirar a su vida y decir "es algo logrado"? Todos queremos vivir una vida plenaria, entera... lograda. Eso está claro. Y también lo está que no todos lo consiguen. Hay personas felices y personas desgraciadas.
Hay gente que "logra" su vida y gente que la pierde, que fracasa en ella. No que fracasa en éste o en aquel aspecto, sino que fracasa como persona.
Lo cual ya nos revela algo sumamente sorprendente, y es que podemos realizarnos a nosotros mismos y podemos fracasar como mujeres o como hombres. Es algo que no le sucede a ninguna otra cosa. Este trozo de papel no puede ser ni más ni menos de lo que es, de lo que está destinado a ser. No corre ningún riesgo existencial. Nosotros sí.
La vida humana está cruzada por la incertidumbre y el riesgo. Somos seres frágiles: "una caña que piensa", decía Pascal. Y no es que el pensar sea una garantía: "Il Pensiero mi fa male: il mi uccidirá" ‑decía Leopardi‑. Podemos ganarnos o podemos perdernos. "Nos la jugamos", no sólo al conducir, al fumar, o al hacer parapente o ala-delta. Nos la jugamos en lo que somos de más íntimo y nuclear.
Aunque vayamos despacio, ya hemos conseguido dar unos cuantos pasos importantes para determinar qué es eso de vida lograda:
1) Es algo que abraza toda nuestra vida, no sólo algunos de sus aspectos;
2) por lo tanto, es algo que tiene que ver con nuestro más íntimo ser como personas;
3) es algo que activa y libremente nos hemos de procurar.
Esto se puede decir de una vez así: la felicidad es nuestro fin en la vida, es nuestra meta, la finalidad que tenemos como hombres o mujeres. Es la vida buena.
El texto es de Alejandro Llano, en una conferencia pronunciada en el IESE, Madrid.
serpersona.info
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