jueves, 31 de diciembre de 2015

Virtud y conducta humana



Todos tenemos una idea algo precisa de lo que da valor a la vida humana. Lo difícil es la realización concreta de ese ideal cada día, ya que requiere ante todo continuidad y constancia. Y también saber cómo realizarlo en situaciones y circunstancias muy diversas, a veces nuevas e imprevisibles. 

La realización de ese ideal se ha de concretar en la vida ordinaria: hay diversos modos de usar los bienes que tenemos; hay que saber orientarnos ante las alternativas que se nos plantean y que nos obligan a tomar determinadas decisiones, a veces particularmente difíciles a causa de los sentimientos y pasiones que suscitan en nosotros. 

Además hay que tener en cuenta también la diversidad de las personas. Una decisión concreta que resulta acertada para una persona, puede no serlo para otra a causa, por ejemplo, de que supera su capacidad.


            Esa realización no puede garantizarse mediante una lista prefabricada de las acciones que hay que hacer o evitar en cada caso, porque no existe una ciencia ni un manual que ofrezca tal cosa. Afortunadamente la persona buena dispone de la capacidad de deliberar y juzgar con acierto las circunstancias, las personas, las cosas, los sentimientos, etc., de modo que en cada caso pueda darse cuenta de lo que conviene hacer y consiga hacerlo. No bastan unas cuantas reglas generales, sino que es necesario conseguir una perfección estable de la capacidad de elegir. Este perfeccionamiento de la capacidad de elegir es precisamente la virtud, gracias a la cual la persona encuentra la acción adecuada a la particular situación en la que se encuentra, y la elige, y la realiza.
serpersona.info

No hay comentarios:

Publicar un comentario