Es verdad que hay muchos chavales que jamás se han planteado la posibilidad de entregarse a Dios y a sus hermanos en el sacerdocio, pero el Señor sigue llamando y encuentra oídos limpios y corazones generosos que están dispuestos a responder.
Necesitamos sacerdotes; muchos sacerdotes que sean santos, alegres, piadosos, entregados, doctos y con sentido del humor. Este vídeo, elaborado en la diócesis de Toledo, nos habla de esto. Vale la pena verlo.
Enrique Monasterio, en pensarporlibre.blogspot.com
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