Entendemos por “Empresa inteligente” es una organización que posee las habilidades para crear, adquirir y transferir conocimientos, así como la capacidad de modificar su conducta como efecto de sus nuevos conocimientos. Alejandro Llano, del Instituto Empresa y Humanismo (España), y Carlos Ruiz, del Ipade (México), han profundizado sobre estas características, indicando que son las únicas que permitirán sobrevivir a las empresas.
La primera clave de la inteligencia en las empresas es:trabajar es aprender; dirigir es enseñar. La tarea de capacitación y desarrollo ha dejado de ser propia de un departamento marginal y aun optativo, y se ha erigido en su núcleo principal, lo cual constituye una revolución del conocimiento.
El actual manejo de las organizaciones ha alcanzado una complejidad que convierte en inútiles los conocimientos acumulados en una sola cabeza. Hoy, dirección es propagación, extensión, difusión de conocimientos, de manera que se diseminen y fecunden en todos los miembros de la empresa. Así, la empresa se parecerá menos a un taller de producción que compra materiales y vende productos, y más a una comunidad de investigación y aprendizaje: las materias que se reciben, los productos que se crean, y el contenido de las ventas, son conocimientos.
Lo que se encuentra estampado allí es conocimiento original e inventivo: el conocimiento de un proceso introducido en la materia y necesario para seleccionar esa materia y ponerla en condiciones de que asimile una forma inmaterial, impalpable y, sin embargo, sustancial.
Otra calve configuradora de la empresa inteligente es su ineludible dimensión ética. Los servicios y productos materiales requieren muchas características para ser lo que son, los conocimientos demandan sólo una: ser verdaderos.
La empresa inteligente se ve precisada, contrapelo de la modalidad corriente en nuestras empresas, a erigir la verdad como su constitutivo más profundo, en el sentido de que el conocimiento refleje fielmente las realidades a las que concierne. En la empresa inteligente se procura que no tenga lugar el error, y la enseñanza que en ella se imparte persigue eliminar en lo posible el peligro de equivocarse, pues un conocimiento erróneo no es auténtico conocimiento.
Pero también el conocimiento requiere ser verdadero en el sentido de que refleje lo que se piensa. La regla ética más característica de la empresa inteligente es la que prohíbe mentir.
serpersona.info
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