jueves, 28 de abril de 2016

La familia Scalia: cinco lecciones de vida

La muerte imprevista en febrero de este año del juez de la Corte Suprema de Estados Unidos, Antonin Scalia, desató mucha atención informativa en todo el mundo. Antonin Scalia fue padre de nueve hijos y abuelo de 36 nietos. Fabrizio Piciarelli nos muestra las lecciones de vida de Scalia y su familia

Y no podía ser de otra manera porque las decisiones de la Corte Suprema de ese país influyen en el plano moral y en el político de muchos países democráticos. Además, el magistrado Antonin Scalia, nombrado por Reagan, tuvo un rol decisivo en muchas de las sentencias más controvertidas. Era considerado el líder de los magistrados “conservadores” y muy respetado por todos, también por los “liberales”. Se sabe mucho de su actividad pública, de la enorme contribución dada al derecho estadounidense, pero poco se conoce de su vida privada.
Es sabido por todos que tenía nueve hijos, un número que desde luego supera la media en Occidente. Aunque, si hay que decirlo todo, las familias numerosas están aumentando cada vez más, a pesar del silencio sobre el argumento por parte de los medios de comunicación. Al respecto es interesante leer un artículo sobre las familias numerosas en Alemania y la actitud de los medios.
Sin querer hacer ningún panegírico a su obra de magistrado, queremos compartir con ustedes 5 hermosas lecciones de vida familiar sacadas del ejemplo cotidiano del juez Scalia, y que hemos tomado de Mercatornet.

La familia es la realización de la propia vida

Antonin Scalia fue padre de nueve hijos y abuelo de 36 nietos. Añadir otras palabras para decir cuánto creía en la familia numerosa parece casi superfluo. Basta su ejemplo. Pero quizá vale la pena recordar las declaraciones de su mujer, Maureen, dichas durante una entrevista en la CBS, en la cual afirmaba que formar una familia es un trabajo noble, y tener hijos es la mejor y más completa forma de realización de una vida bien vivida. Palabra de Maureen.

Los hijos no son nunca un obstáculo para el éxito

Muchos jefes y ejecutivos están absorbidos absolutamente por sus profesiones. Reuniones, continuas llamadas, viajes de una parte a otra del mundo y exclaman: “Ahora no tengo tiempo de formar una familia. De momento tengo otras prioridades”. Si un juez de la Corte Suprema de Estados Unidos encuentra tiempo para nueve hijos y después para 36 nietos, hay que preguntarse si el argumento es válido. Además, es necesario tener buen sentido para dar espacio a los hijos, sin actitudes paternalistas que puedan asfixiarles. Scalia no se sentía obligado a acompañar a cada uno de sus hijos a todas sus actividades (fútbol, natación, etc.). No hubiera tenido tiempo, además.

Casarse con una persona que sea afín

Es importante casarse con una persona que vea el matrimonio como una unión, una sinergia plena de valores, finalidades, intereses comunes, tanto por los aspectos personales como por los profesionales. El matrimonio no es solo amor romántico o sentimiento, sino también comprensión y compartir. Antonin Scalia conoció a su mujer cuando estudiaba Derecho en la Universidad de Harvard y su pasión por la política y el Derecho asentó desde el principio su relación.

Es importante tener siempre sentido del humor

“En una familia numerosa, el primer hijo es como el primer pastel. Seguramente no tiene una forma perfecta, pero sin duda estará exquisito”. Conservar siempre el buen humor es el pegamento indispensable para una vida familiar serena y constructiva. Bromear con el cónyuge y con los propios hijos, con un ligero toque de autoironía, es el humus ideal para crear un clima sano y optimista.

Tener siempre fe

La familia Scalia es de fe católica. Antonin Scalia siempre ha defendido la importancia del rol de la religión en la vida pública y no solo en la privada. La fe de hecho plasma la cultura y la visión de una sociedad y ofrece una ocasión de cohesión en torno a la cual construir la unidad de una familia, sobre todo en los momentos difíciles. La fe es seguramente una raíz fuerte sobre la que construir la familia y permanecer bien firmes en los momentos de tempestad. Para Scalia ha sido así.
Fabrizio Piciarelli, en familyandmedia.eu.

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