lunes, 18 de marzo de 2013

Comunicar verdad, bondad y belleza


   El pasado sábado por la mañana el Papa Francisco encontró a miles de representantes de los medios de comunicación social en el Aula Pablo VI del Vaticano: más de cinco mil hombres de prensa radio y televisión que en estas semanas han llegado a Roma para cubrir el Cónclave y la elección del Pontífice


      El Obispo de Roma explicó que eligió el nombre Francisco, inspirado en el santo de Asís: pensando en los pobres, en la paz y en la Creación y porque querría «una Iglesia pobre y para los pobres». El Santo Padre agradeció a la prensa el «servicio cualificado» que ha realizado estos días tras la renuncia de Benedicto XVI el 11 de febrero… «han trabajado, ¿eh?», dijo también sonriendo...


      Este sábado por la mañana el Papa Francisco encontró a miles de representantes de los medios de comunicación social en el Aula Pablo VI del Vaticano −más de seis mil− de prensa radio y televisión que en estas semanas han llegado a Roma para cubrir el Cónclave y la elección del Pontífice. Sus palabras fueron recibidas con grandes aplausos.

      El Papa Francisco dijo que los ojos del mundo se han centrado estos días en la Ciudad eterna y de manera particular en este territorio, cuyo baricentro es la tumba de Pedro… Y ha dado las gracias de manera particular a los periodistas que han sabido observar y presentar los eventos de la historia de la Iglesia de estos días en el Vaticano teniendo en cuenta la perspectiva con la que se deben leer: la perspectiva de la fe…

      «Los eventos eclesiales no son más complicados que los políticos o los económicos, pero tampoco responden a una lógica de aspectos mundanos... Quizá por ello no es fácil comunicarlos», ha explicado el Papa. «La Iglesia aun siendo una institución humana, no tiene una naturaleza política sino esencialmente espiritual: es el pueblo de Dios. El Santo Pueblo de Dios que camina hacia el encuentro con Cristo».

      Luego, de forma espontánea, el Obispo de Roma explicó cómo eligió el nombre de Francisco:

      «Algunos no sabían por qué el Obispo de Roma ha querido llamarse Francisco. Algunos pensaban en Francisco Javier, en Francisco de Sales, y también en Francisco de Asís. Yo les cuento la historia: en la elección, tenía a mi lado al Arzobispo emérito de San Pablo, y también Prefecto emérito para el Clero, el Cardenal Claudio Hummes: un gran amigo, ¡un gran amigo! Cuando la cosa se volvía un poco peligrosa, el me consolaba, ¿no? Y cuando los votos subieron a los dos tercios, llega el acostumbrado aplauso, porque el Papa ha sido elegido. Y él me abrazó, y me dijo: “¡No te olvides de los pobres!”. Y esa palabra entró aquí: los pobres, los pobres. Inmediatamente después, con relación a los pobres, pensé en Francisco de Asís. Después pensé en las guerras, mientras el escrutinio proseguía, hasta alcanzar todos los votos. Y Francisco es el hombre de la paz. Y así, vino el nombre a mi corazón: Francisco de Asís. El hombre de la pobreza, el hombre de la paz, el hombre que ama y custodia la Creación. En este momento en que nosotros no tenemos con la Creación una relación tan buena, ¿no? Es el hombre que nos da este espíritu de paz, el hombre pobre… ¡Ah, cómo quisiera una Iglesia pobre y para los pobres!. 

      Después, algunos hicieron algunas bromas, ¿no? “Pero, tu deberías llamarte Adriano. Porque Adriano VI fue el reformador, es necesario reformar…”. Y otro me dijo: “No, no: tu nombre debería ser Clemente”. “¿Pero por qué?”. “Clemente XV: ¡así te vengas de Clemente XIV que había suprimido la Compañía de Jesús!”. 

      Son bromas… Los quiero mucho, les agradezco todo lo que han hecho. Y pienso en su trabajo: les deseo que trabajen con serenidad y con frutos, y que conozcan cada vez más el Evangelio de Jesucristo y la realidad de la Iglesia. Los encomiendo a la intercesión de la Bienaventurada Virgen María, Estrella de la evangelización. Y les deseo lo mejor a ustedes y a sus familias. Y les imparto la bendición a todos de corazón. Gracias.

      Les dije que les daba de corazón la bendición. Como muchos de ustedes no pertenecen a la Iglesia católica, otros no son creyentes, de corazón doy esta bendición, en silencio, a cada uno de ustedes, respetando la conciencia de cada uno, pero sabiendo que cada uno de ustedes es hijo de Dios. ¡Que Dios lo bendiga!

Almudí

No hay comentarios:

Publicar un comentario