martes, 20 de abril de 2010

INQUISICIÓN LAICISTA


La expresión "inquisición laicista", acertada sin la menor duda, no es de Juan José, sino del autor que menciona en el texto. Es más efectiva y verosímil saliendo de la pluma de un ateo muy lejano de la Iglesia católica y de su doctrina moral práctica, y aplicado al proceder de otros ateos, pero de un tipo muy especial. Reproduzco el artículo del profesor Gª Noblejas en los párrafos principales, con opción a lectura completa, y el enlace a la columna de Brendan O’Neill.

Brendan O’Neill, que se define como ateo libertario, escribe en www.spiked-online.com que la campaña de los nuevos ateos contra el Papa surge de un secularismo pesimista, que solo es capaz de afirmarse ridiculizando a la religión.


He de decir que no me obsesiona lo más mínimo el asunto del abuso de menores por parte de clérigos católicos. Preocupa, de verdad, que no es poco en los tiempos que corren. Pero como de eso se sigue hablando, de eso habrá que hablar una vez más, aunque sea haciendo de tripas corazón.

El caso es que también se puede hablar fijando la atención en algunas cosas de la prensa, que de por sí tampoco es la "bestia negra" de este asunto, aunque no deje de colaborar –incluso con gusto, a veces- en difundir no pocos infundios sobre la Iglesia, siempre mezclados con la indispensable dosis de verdades a medias.

Yendo al caso, resulta que el director de la publicación británica "Spiked", Brendan O’Neill –que se autodefine como un "ateo libertario" y es prácticamente marxista- habla hoy mismo en su revista de "The Secular Inquisition" (La Inquisición secular o laicista). Y dice que la "campaña para arrestar al Papa –lanzada con ocasión de su próximo viaje a Gran Bretaña- es producto de un secularismo (laicismo) crecientemente desesperado, que ya sólo encuentra su sentido ridiculizando la religión".

Y sucede que el bueno de Brendan O’Neill, que no es precisamente débil mental ni mojigato ni cosas así, pone de chupa de dómine a algunos de los principales "santones", erigidos en inquisidores (de cristianos, sobre todo) por parte del laicismo galopante que quisiera invadir el mundo. Y habla de Christopher Hitchens y de Richard Dawkins como "cazadores de brujas" contemporáneos.

Más de uno puede haberse rasgado las vestiduras al haber leído el artículo de Brandan O’Neill. Porque tanto Hitchens como Dawkins son (eran, quizá, más bien) personajes públicos que de ordinario son tratados con la reverencia y seriedad que hasta esta ocasión respondía a lo "políticamente correcto".
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A Brendan O’Neill –como es ateo libertario, pero no por eso ha perdido el sentido común- le molesta sobre todo que el secularismo o laicismo ya no responda ni siquiera a la "fe en la humanidad". Y se siente obligado en conciencia a decir lo que observa: que lo que caracteriza a estos "nuevos secularistas o laicistas" es su aislamiento respecto de otras gentes, respecto de cualquier orden de ideas coherentes, respecto de algún sistema capaz de dar sentido a las cosas.
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El caso es que a Brendan le molesta que esos nuevos intolerantes, inquisidores laicistas, no sepan ya razonar y discutir de ideas "secundum veritatem", como diría Quintiliano, sino que se entreguen en cuerpo y alma a argumentar exclusivamente "ad hominem": atacar a las personas, en concreto a Benedicto XVI como chivo expiatorio, llegando al ridículo de proponer detenerle si pone el pie en suelo británico, etc.
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Hay otros, desde páginas en la orilla occidental del Atlántico, por ejemplo en el New York Times, que hacen algo parecido a estos nuevos inquisidores laicistas; pero visto de cerca, resulta que a fin de cuentas no es lo mismo. Desde luego que sorprende que un periódico como el NT Times dedique casi 80 artículos en 5 semanas (intensidad periodística probablemente superada por algo como el ataque terrorista a las Torres Gemelas) a poner a Benedicto XVI –dicho sea sin ambages- a los pies de los caballos.
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Brendan O’Neill termina su artículo diciendo que no duda que él mismo será acusado de "defender a los sacerdotes pedófilos", por contraste respecto de la campaña mediática de esos "Nuevos Ateístas" a favor de las "víctimas indefensas" de aquellos.

Y concluye diciendo que "lo cierto es que mi única preocupación, como ateísta libertario, surge al analizar la emergencia de una nueva forma de ateísmo histérico y represivo. Porque esos "Nuevos Ateístas" no son el primer grupo en la historia en sacar adelante su propia, profundamente problemática y poco liberal agenda, bajo las apariencias de pretender lograr justicia para "los indefensos".

JUAN JOSÉ GARCÍA NOBLEJAS
ANÁLISIS DIGITAL
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COLUMNA de Brendan O’Neill: LEER AQUÍ

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