Las Provincias
La ministra que, no siendo del ramo, ha fabricado la última ley del aborto, vuelve a las andadas con la diferenciación entre ser vivo y ser humano, afirmando que la vida humana es un concepto basado en ideas o creencias filosóficas, morales o sociales y, por tanto, sometido a opiniones o preferencias personales.
Para empezar, la filosofía, la sociología o la moral también son ciencias, aunque no siempre experimentales, pero sí racionales. No sé, naturalmente, hasta qué punto la ministra valora la razón como constructora de tantas cosas, entre ellas la ideología que la domina, con poco éxito en este caso, porque la razón falla, aunque también lo hace la ciencia empírica.
Trataré de recordar algunos apuntes de la ciencia construida experimentalmente en torno a la vida naciente, por ejemplo, la expresada por millares de intelectuales, bastantes de ellos expertos en la materia, con ocasión de la llamada ley de salud reproductiva (esto sí que suena a tortura de la razón), en la que ha colocado una "morcillita" consistente en explicar el asunto en los colegios con cargo a una persona ajena a los mismos. ¿También eso es fruto de la ciencia empírica?, ¿o de una razón algo deteriorada?
Ha vuelto a decir que el embrión, el feto o el nasciturus es un ser vivo pero no consta que sea un ser humano. ¿A qué especie cree usted que pertenece? ¿No es trigo el grano, el verde aún sin encañar, la espiga que brota y la que está para segar? ¿No es un proceso continuado? Pues en el ser humano igual, pero más.
Leo en un libro de embriología: un cigoto es el comienzo de un ser humano. Y más adelante: el desarrollo humano comienza con la fertilización fruto de la unión de un óvulo y un espermatozoide, que forman una única célula llamada cigoto. En otra obra titulada Fundamentos de Embriología Humana: el momento de la formación del cigoto es el punto cero del comienzo del desarrollo embrionario y, por tanto, de la vida humana.
Embriología Humana y Teratología afirma que la fertilización es un momento importante por originar un organismo humano genéticamente distinto al de sus progenitores. Seguro que la señora ministra no se atreve a mostrar al Congreso de los Diputados fotografías de embriones, ecografías, fotos de fetos abortados que, sin necesidad de conocimientos biomédicos, son suficientes para destruir su "genial" separación entre lo vivo y lo humano.
PABLO CABELLOS
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