La revista médica The Lancet (7 octubre 2010) publica un informe sobre la efectividad de las campañas institucionales a gran escala para cambiar las conductas en materia de salud. El estudio, titulado “Use of mass media campaigns to change health behavior”, se centra en problemas de salud especialmente preocupantes en nuestro tiempo: obesidad, tabaquismo, alcoholismo, cardiopatías... También dedica un apartado a la reducción de la tasa de natalidad y a la prevención en el contagio del sida.
El estudio analiza la influencia de las campañas institucionales para la prevención del tabaquismo, del alcoholismo, de la obesidad o de las enfermedades cardiológicas, del sida. Se aprecian diferencias notables: mientras que en el consumo de tabaco las campañas producen resultados positivos visibles, en el caso del alcohol los efectos son prácticamente insignificantes. Cuando se trata de valorar las campañas para la prevención del sida, los investigadores califican los avances de “moderados” en el uso del preservativo y de “insignificantes” en cuanto al objetivo de reducir el número de “parejas sexuales”, es decir, de la promiscuidad que dispara el riesgo.
Mientras que las campañas anti-tabaco producen resultados positivos visibles, en el caso del alcohol los efectos son prácticamente insignificantes | |||
Cuando se estudian los obstáculos a las campañas contra el tabaco, se aducen factores como el prestigio social de fumar –más que discutible hoy en día– o la dura competencia de las industrias tabaqueras. Estas fuerzas estarían contrarrestando la eficacia de las campañas. Sin embargo, al analizar el caso del creciente contagio de sida, las explicaciones brillan por su ausencia. No existe en este caso una industria que en teoría se oponga directamente al objetivo de reducir la tasa de contagio, ni tampoco se puede argumentar que en el imaginario social la utilización del preservativo esté mal vista. No parece que los medios de comunicación se opongan a esta conducta, sino todo lo contrario.
Fernando Rodríguez Borlado
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