viernes, 1 de febrero de 2013

Sin verdad sólo queda el poder

   Mire, he crecido en la época del nazismo y he visto desde joven que la mayoría de los hombres pueden pensar de manera equivocaba. He aprendido que al hombre y el sentido común hay que defenderlos siempre, incluso en contra de la mayoría».
   Robert Spaemann, 85 años, es uno de los principales filósofos contemporáneos, coetáneo y amigo de Joseph Ratzinger. En la Universidad de la Santa Cruz, de Roma, se presentó, el 10 de enero, su obra "Fines naturales. Historia y redescubrimiento del pensamiento teleológico" (editorial Ares), traducido al italiano con un prólogo del cardenal Camillo Ruini, Presidente del Proyecto Cultural de la Conferencia Episcopal Italiana. Ambos responden a las preguntas del diario italiano Corriere della Sera:
-En La infancia de Jesús, Ratzinger parece que toma como icono del escepticismo moderno a Pilatos, que pregunta: "¿Qué es la verdad?" 
 
Spaemann: Estoy de acuerdo, la sentencia de Pilatos es una victoria del populismo sobre el Derecho. Jesús muere por la falta de coraje de un juez. Si no hay verdad, todas las preguntas se convierten en cuestiones de poder. Esto es lo que está sucediendo hoy en día. En Europa hay graves limitaciones a la libertad de opinión. No se dice: Lo que sostienes es falso. Se dice: ¡Esto no lo puedes apoyar! No se pregunta si es cierto o no, sino si es políticamente correcto o no. Y lo que es políticamente correcto lo decide quien tiene el poder.
Ruini: Puede faltar coraje, pero sobre todo veo una gran confusión de ideas: porque se piensa que la verdad es un concepto antiguo, superado
 
Vicente Huerta
 SER PERSONA

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