lunes, 8 de julio de 2013

Mirar el mundo con los ojos de Cristo

   
   La luz que procede de la fe ilumina toda la existencia humana, y eso es particularmente importante en una época en la que los hombres tienen una especial necesidad de luz. Esa idea es uno de los hilos conductores de la primera encíclica del Papa Francisco, que asume el borrador preparado por Benedicto XVI antes de su renuncia. La Lumen fidei (La luz de la fe) es una invitación –presentada en un tono propositivo– para que los cristianos miren el mundo “con los ojos de Cristo”.
   “Es urgente recuperar el carácter luminoso propio de la fe”, afirma el Papa en esta encíclica publicada hoy, con la que se completa la trilogía dedicadas a las virtudes teologales, después de la Deus caritas est y la Spe salvi, de Benedicto XVI. “Deseo hablar precisamente de esta luz de la fe para que crezca e ilumine el presente, y llegue a convertirse en estrella que muestre el horizonte de nuestro camino en un tiempo en el que el hombre tiene especialmente necesidad de luz”.
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