El Papa dijo a sus compatriotas que esperaba que, al regresar a sus diócesis, hubiera "lío", que se levantasen, que saliesen a la calle. Además, de nuevo recordó el lastre de la sociedad por haber excluido a jóvenes y anciandos.
Un mensaje sin aristas el lanzado por el Papa Francisco en el
encuentro que mantuvo con la comunidad argentina en la catedral de San
Sebastián. Sin medias tintas, espetó a los presentes que no paraban de
corear su nombre, que no se puede licuar la fe.
"Por favor, ¡no licúen la fe en Jesucristo!, hay licuado de naranja,
hay licuado de manzana, hay licuado de banana pero, por favor, ¡no tomen
licuado de fe! ¡La fe es entera, no se licúa, es la fe en Jesús!, es la
fe en el hijo de Dios hecho hombre que me amó y murió por mí", les
dijo.
En este acto volvió a denunciar el que muchas sociedades, en su
camino de idolatría al "dios dinero", han excluido tanto a los mayores
como a los jóvenes, a los que no ofrecen la dignidad de poder trabajar.
Por eso, no solo pidió a la sociedad que los vuelva a acoger, sino que
explicó el enoreme valor de unos y de otros.
De nuevo, puso en manos de los jóvenes su propio futuro. "Los jóvenes
tiene que salir, tienen que hacerse valer, los jóvenes tienen que salir
a luchar por los valores, a luchar por esos valores, y los viejos
abran la boca, los ancianos abran la boca y enséñennos, transmítannos
la sabiduría de los pueblos", dijo.
religionconfidencial
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