Ni siquiera será considerada noticia, y llenará muy poco espacio, si acaso alguno, en las páginas de los que se lleman a sí mismo grandes medios de la opinión pública. Y, sin embargo,..
Desde 1638, o sea, hace ya 374 años, en las iglesias de Francia se
vivía la buena costumbre de "rezar por Francia" el día 15 de agosto,
siguiendo el deseo del entonces rey, Luis XIII, de consagrar la nación
al cuidado maternal de la Virgen María.
Y así han hecho los católicos franceses también en tiempos de la
Revolución, en momentos de gobierno "ilustrados", en fin, en los
diversos avatares de la historia, que no les han faltado, incluidas,
lógicamente, las dos invasiones alemanas que Francia ha tenido que
soportar y sufrir el siglo pasado.
En las últimas decadas, y unido al declive de la Fe en amplios
sectores de los fieles católicos franceses, esta buena costumbre y
práctica piadosa se había abandonado.
La Fe en Francia está renaciendo. Son ya varios años en los que en la
Vigilia Pascual se bautizan cada año más de 3.000 adultos, y algunos
conversos del islam. Y hoy, los obispos franceses han decidido volver a
vivir la buena costumbre de "rezar por Francia a María".
El Arzobispo de París ha hecho una propuesta a todo el episcopado
para que unan a los fieles en la fiesta de la Asunción, el próximo 15
de agosto. Las peticiones a la Madre de Dios son claras:
-para que se viva la caridad y la solidaridad en estos tiempos de crisis económica y social;
-para que quienes han sido elegidos para legislar y gobernar tengan
sentido del bien común de la sociedad, no se dejen llevar por ideologias
partidistas contrarias a la vida y a la familia, y tengan la fortaleza
de seguir las indicaciones de la verdadera voz de la conciencia;
- para que todas las leyes, y la sociedad , sostengan verdaderamente la familia, la fidelidad y la unión familiar;
-por los niños y los jóvenes, para que todos puedan beneficiarse plenamente del amor de un padre y de una madre.
Ya Juan Pablo II habló de que la Fe renacería en Europa en los
santuarios de la Virgen María, en los que siempre han estado llenos de
vida como Lourdes, y también en tantos otros lugares casi reducidos a
ruinas.
"Señor Dios nuestro, te confiamos el provenir de nuestro país. Por la
intercesión de Nuestra Señora concédenos la fuerza necesaria para tomas
las mejores decisiones para el bien de toda la sociedad y,
especialmente, para el crecimiento de nuestra juventud gracias al
ejemplo de familias fuertes y fieles. Por Jesucristo Nuestro Señor".
Con esta oración terminara la plegaria en las iglesias francesas el
próximo 15 de agosto.
Un gesto pequeño, sin duda, un "beau geste", que pasará inadvertido
para muchas personas, pero que hará descubrir a muchísimas más, la
fuerza de la oración, de la petición a Dios, más necesaria, si cabe, en
estos momentos en los que un cierto pesimismo está echando raíces en la
mente y en el corazón de tantas personas.
Los obispos franceses invitan a sus fieles a mirar al Cielo, a la
Virgen Asunta al Cielo, con los pies bien apoyados en la tierra, para
defender la vida, la familia, el matrimonio, la unión vital y para
siempre, de un hombre con una mujer.
ERNESTO JULIÁ
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