lunes, 6 de agosto de 2012

Con la mirada en la Virgen María

Ni siquiera será considerada noticia, y llenará muy poco espacio, si acaso alguno, en las páginas de los que se lleman a sí mismo grandes medios de la opinión pública. Y, sin embargo,.. Desde 1638, o sea, hace ya 374 años, en las iglesias de Francia se vivía la buena costumbre de  "rezar por Francia" el día 15 de agosto, siguiendo el deseo del entonces rey, Luis XIII, de consagrar la nación al cuidado maternal de la Virgen María.

Y así han hecho los católicos franceses también en tiempos de la Revolución, en momentos de gobierno "ilustrados", en fin, en los diversos avatares de la historia, que no les han faltado, incluidas, lógicamente, las dos invasiones alemanas que Francia ha tenido que soportar y sufrir el siglo pasado.
En las últimas decadas, y unido al declive de la Fe en amplios sectores de los fieles católicos franceses, esta buena costumbre y práctica piadosa se había abandonado.


La Fe en Francia está renaciendo. Son ya varios años en los que en la Vigilia Pascual se bautizan cada año más de 3.000 adultos, y algunos conversos del islam. Y hoy, los obispos franceses han decidido volver a vivir la buena costumbre de "rezar por Francia a María".

El Arzobispo de París ha hecho una propuesta a todo el episcopado para que unan a  los fieles en la fiesta de la Asunción, el próximo 15 de agosto. Las peticiones a la Madre de Dios son claras:

-para que se viva la caridad y la solidaridad en estos tiempos de crisis económica y social;
-para que quienes han sido elegidos para legislar y gobernar tengan sentido del bien común de la sociedad, no se dejen llevar por ideologias partidistas contrarias a la vida y a la familia, y tengan la fortaleza de seguir las indicaciones de la verdadera voz de la conciencia;
- para que todas las leyes, y la sociedad , sostengan verdaderamente la familia, la fidelidad y la unión familiar;
-por los niños y los jóvenes, para que todos puedan beneficiarse plenamente del amor de un padre y de una madre.
Ya Juan Pablo II habló de que la Fe renacería en Europa en los santuarios de la Virgen María, en los que siempre han estado llenos de vida como Lourdes, y también en tantos otros lugares casi reducidos a ruinas.

"Señor Dios nuestro, te confiamos el provenir de nuestro país. Por la intercesión de Nuestra Señora concédenos la fuerza necesaria para tomas las mejores decisiones para el bien de toda la sociedad y, especialmente, para el crecimiento de nuestra juventud gracias al ejemplo de  familias fuertes y fieles. Por Jesucristo Nuestro Señor". Con esta oración terminara la plegaria en las iglesias francesas el próximo 15 de agosto.

Un gesto pequeño, sin duda, un "beau geste", que pasará inadvertido para muchas personas, pero que hará descubrir a muchísimas más, la fuerza de la oración, de la petición a Dios, más necesaria, si cabe, en estos momentos en los que un cierto pesimismo está echando raíces en la mente y en el corazón de tantas personas.

Los obispos franceses invitan a sus fieles a mirar al Cielo, a la Virgen Asunta al Cielo, con los pies bien apoyados en la tierra, para defender la vida, la familia, el matrimonio, la unión vital y para siempre, de un hombre con una mujer.

ERNESTO JULIÁ

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