Efecto Bergoglio. Mientras algunos intelectuales y sitios web declaradamente papistas (y que no pueden digerir la sobriedad del sucesor de Benedicto XVI) derrochan críticas hacia el nuevo Papa desde hace un mes, la oleada de simpatía por Francisco continúa entre los fieles.
Una
simpatía que no se debe a una infatuación mediática: muchas personas se
volvieron a acercar al sacramento de la confesión durante la Semana
Santa porque las conmovieron las palabras de Bergoglio sobre el perdón y
la misericordia. Lo indican los párrocos y sacerdotes de diferentes
partes de Italia.
«Ha habido un aumento considerable de las personas que han vuelto a confesarse ─explica Paolo Padrini, de 45 años, párroco de Stazzano, en la provincia de Alessandria─;
me dijeron que se sentían impulsadas por las palabras del Papa. Y lo
citaron: “Como dijo el Papa Francisco, hay que dejarse tocar por la
misericordia de Dios…”».
Don Paolo ha visto gente «con los ojos llenos de lágrimas» y contó el caso de una anciana catequista que, después de la homilía, le dijo, parafraseando a Bergoglio: «Usted huele como el ganado…». «Mis
monaguillos escucharon en ‘streaming’ la homilía del Papa en la cárcel
de Casal del Marmo y se quedaron impresionados por la referencia a la
“caricia de Dios”. Uno de ellos comentó: “Lo entiendo, está diciendo
cosas muy bonitas”».
Don Padrini también cuenta la experiencia de otros sacerdotes: «A
mi amigo el párroco de Novi Lígure le tocó lo mismo: muchas confesiones
más, mucha gente conmovida por el nuevo Papa. Y la mayor parte, adultos
alrededor de los cuarenta, no se confesaba desde hace décadas».
«Confesé a muchos a los que no veía desde hace mucho tiempo ─confirmó Domenico Sirtori, párroco de la Iglesia de San Mauricio en Solbiate Arno, en la provincia de Varese─. Me
dijeron que habían vuelto por la sintonía que habían advertido con el
nuevo Papa, por sus gestos y sus palabras, en particular cuando dijo que
“Dios no se cansa nunca de perdonarnos, somos nosotros los que nos
cansamos de pedir perdón”. Personas que estaban en dificultades, que
sentían a la Iglesia como algo lejano. Es como si Francisco hubiera
anulado esta distancia, ese muro invisible que incluso los medios habían
contribuido a construir».
Don Domenico recuerda que muchos también apreciaron «la libertad y la humildad de Benedicto XVI, por su gesto». Del nuevo Papa, en cambio, han apreciado «en particular esa inclinación ante la multitud, apenas elegido, para pedir una oración por él». El párroco concluye diciendo que las personas también han agradecido la «sencillez
del lenguaje, de esos “buenas noches” y “que coman bien”. Muchos
jóvenes se han puesto a buscar noticias en la red sobre Bergoglio y
sobre su historia; incluso me han dicho que entendieron que Francisco no
es así porque lo tenga todo calculado, sino porque está acostumbrado al
trato con los pobres».
Mujeres y hombres de la parroquia de la Virgen de la Navicella, en Sottomarina (Venecia), hablan de «un Papa que es uno de nosotros», según indicó el párroco don Alfonso Boscolo. «Muchos
han citado a Francisco al venir a confesarse, en particular sus
palabras sobre la misericordia. Una señora me contó que su marido, no
creyente, ahora quiere ir a Roma a ver a Bergoglio a como dé lugar». También Alessio Geretti, vicario parroquial de Tolmezzo y director del departamento catequístico de la diócesis de Údine, confirma estos datos: «He
confesado a personas que me han dicho: “Vine porque este Papa me ha
impulsado...”. Han advertido la invitación a responder a una nueva
percepción de la cercanía y de la misericordia de Dios».
Maurizio Botta,
oratoriano de San Felipe Neri y confesor en la Iglesia Nueva de Roma,
recuerda que las palabras sobre la misericordia han conmovido «profundamente el corazón», pero también cuenta que hay mucha gente que se siente «humillada por la comparación entre el viejo y el nuevo Papa» que los medios han enfatizado. Umberto Gasparini, párroco de Santa Cruz en Ostra (en la provincia de Ancona), observa: «He
pasado muchas más horas en el confesionario, y muchos, incluso jóvenes,
me han contado que fueron inducidos por el mensaje de Papa Francisco
sobre la misericordia».
«El mensaje de Papa Francisco ha provocado un impacto inmediato ─dice Salvatore Vitiello,
sacerdote turinés y profesor en la Universidad Católica que confesó
durante la Semana Santa en Roma, en la Iglesia de Santa María de las
Gracias─. No solo entusiasmo, sino también apertura de los corazones:
muchos han venido a confesarse empujados por las palabras sobre Dios
que no se cansa nunca de perdonar, que escucharon durante el primer
Ángelus del nuevo Pontífice. He encontrado a creyentes no practicantes
que desde hace muchos años no se confesaban. Francisco habla con
imágenes, y estas han llegado a muchas personas».
Andrea Tornielli
vaticaninsider.lastampa.it
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