martes, 30 de abril de 2013

Contemplar: “escuchar” la belleza

   “Escuchar” a Dios con profundidad es fácil y es difícil. En ocasiones podría asemejarse a la manera como un artista capta la belleza. A todos gustan las cosas bonitas (un cuadro, una escultura, una música…) pero el auténtico artista mira una obra maestra con especial profundidad. 
 
   No se trata de mayor o menor conocimiento de la técnica, pues un buen crítico de arte es capaz de hacer un análisis de ella probablemente mejor que el artista. Pero el artista la “vive”: la incorpora a sí mismo; puede quizá, luego, interpretarla o reinterpretarla de forma original a la vez que fiel; las llamadas “variaciones” musicales son una buena prueba. El artista, en definitiva, no ve la obra, la “contempla”. Sabe “escuchar” la belleza.
 
Texto de Manuel Ordeig en “Despertar al asombro”
SER PERSONA

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