miércoles, 8 de mayo de 2013

Cómo elegir colegio para los hijos: siete errores de fondo (y una regla de oro)

  
   Después del centro de trabajo, el colegio de los hijos suele ser la institución que más condiciona la vida cotidiana de las familias. El progreso académico sino personal de nuestros hijos depende en buena medida de su integración en la escuela. Será además su primer entorno de socialización y el principal generador de valores, después de los padres.

    En esta época, muchos padres primerizos se enfrentan a una decisión más importante de lo que puede parecer. Tres expertos en Educación les muestran los errores de fondo más comunes a la hora de elegir colegio.

1. Tomar la decisión en poco tiempo
La relación de los padres con un colegio puede llegar a durar hasta 15 años o más. Hay aspectos que pueden agradar puntualmente (personalidad del director, simpatía del profesorado, determinadas actividades extraescolares, etc) pero otros van a condicionar el día a día (distancia del domicilio, coste económico, sistema pedagógico e ideario del centro...). Tomar una decisión precipitada puede ocasionarnos muchos disgustos, por lo que conviene dedicar tiempo suficiente a pensar y a valorar pros y contras, para no dejarse llevar por impresiones fugaces. Sin embargo, tampoco conviene angustiarse: la elección de colegio nunca es irreversible.

2. No pedir consejo a nadie o consultar sólo con determinadas personas
Muchos padres han pasado por la misma situación tú y tienen experiencias que merece la pena escuchar. Pero ¡ojo!: no te quedes en la anécdota, porque hay tantos casos como alumnos. Procura escuchar un número suficientemente amplio de opiniones para poder confirmar ideas sobre cada centro escolar. Además de la opinión de los padres (especialmente del AMPA), resulta conveniente contar con la valoración de la dirección del centro y, a ser posible, de profesores y personal del colegio.

3. Valorar en exceso un solo aspecto de la Educación
Que un colegio sea privado, amplio, barato, bilingüe, religioso, deportista o excelente desde el punto de vista académico son sólo elementos que, por separado, no deben determinar una decisión tan importante como esta. La educación es un todo. Tener los mejores rankings de selectividad es un indicativo positivo, pero quizá no compense otras carencias educativas (la tasa de fracaso escolar, por ejemplo). No se debe reducir la Educación al mero aprendizaje de unas disciplinas.

4. De entre el personal del colegio, interesarse sólo por los profesores
Es importante que un centro tenga buenos profesores, pero sobre todo que ellos conozcan muy bien a tus hijos y os conozcan a vosotros como padres. Si el colegio que has elegido te exige ser mejor, como persona y como padres, entonces has acertado plenamente.
Conviene conocer el clima del centro: sus normas de convivencia, sus valores prioritarios, los programas de innovación educativa o de atención al alumnado que nos revelan si los profesores están motivados e implicados.

5. Despreocuparse de las relaciones sociales
De la misma forma que los padres no deben llevar a los hijos a un colegio sólo pensando en quiénes acuden allí, tampoco pueden desentenderse de ese hecho, sobre todo en las primeras etapas. El colegio es también el lugar donde los hijos aprenden a socializar y donde desarrollan un concepto de su entorno; también reciben la influencia de los valores predominantes en dicho entorno. Nadie mejor que los padres para colocar a su sus hijos en un ambiente lo suficientemente diverso, para desarrollar valores de convivencia, y lo suficientemente familiar para que el niño no se encuentre desubicado. La mejor opción es, sin duda, visualizar a vuestro hijo de adulto: qué clase de persona queréis que sea, cuáles son los valores primordiales para vosotros como familia. El periodo escolar no es solamente el presente; es el camino que vuestro hijo va a recorrer para convertirse en adulto.

6. Olvidarse de la orientación psicopedagógica y la atención personalizada
Muchas dificultades del aprendizaje son tan comunes como resolubles, pero no nos preocupamos por ellas hasta que aparecen. ¿Cómo se atienden en este colegio las dificultades en el aprendizaje? Es una pregunta importante. A veces basta con un mero control psicopedagógico en el colegio, aunque es mejor una atención personalizada y continuada. Así se pueden prevenir defectos o corregirlos cuando estos se han manifestado. Además, ayuda a detectar y desarrollar las capacidades de los alumnos.

7. Fijarse en las dimensiones y el número de instalaciones, pero no en su cuidado
El cuidado y el mantenimiento de las instalaciones de un colegio dice más de su competencia educativa que la diversidad o abundancia de ellas. De nada sirve una piscina con algas o campos de fútbol con porterías inestables o canastas de baloncesto que están rotas. Por el contrario, la limpieza, el mantenimiento y el orden refleja un modo de proceder que impregna a todos los niveles hasta llegar a las aulas.

La regla de oro: “piensa en las condiciones de tu hijo antes que en las condiciones del colegio”
No existen colegios perfectos en general, sino colegios adecuados para tal niño en concreto. Antes que la excelencia académica, los idiomas, los deportes o las instalaciones de la escuela, hay que considerar las cualidades del niño que vas a escolarizar. Por tanto, la pregunta del millón no debe ser: “¿Es un buen colegio?” sino “¿le viene bien a mi hijo este colegio?”

Artículo elaborado con la colaboración de:
- Carmen Guaita, vicepresidenta de Asociación Nacional de Profesores de Enseñanza.
- José Luis García Garrido, catedrático de Pedagogía de la UNED (ver entrevista).
- Xavier Bringué, pedagogo del Instituto de Ciencias para la Familia de laUniversidad de Navarra.

thefamilywatch.com

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