martes, 10 de agosto de 2010

Los católicos en la construcción de Europa


ReligionConfidencial.com

          A raíz de la decisión de Benedicto XVI de crear un consejo pontificio dedicado principalmente a impulsar la llamada “nueva evangelización”, he revisado el texto de la exhortación apostólica de Juan Pablo II sobre la Iglesia en Europa. Su origen está en el Sínodo de obispos Almudi.org - Salvador Bernalcelebrado inmediatamente antes del Jubileo del año 2000, del 1 al 23 de octubre de 1999. Pero el texto no se promulgó hasta el 28 de junio de 2003.

          La Asamblea de obispos se proponía analizar la situación de la Iglesia en Europa y ofrecer indicaciones para promover un nuevo anuncio del Evangelio. Se trataba de una cuestión de entidad, pues ya se había celebrado otro Sínodo en 1991 centrado en Europa. La herencia cristiana tenía que dar frutos palpables. El viejo continente disponía de luces capaces de superar las graves incertidumbres que, desde los campos cultural, antropológico, ético y espiritual, proyectaban sombras sobre la fe.

          La coyuntura apenas ha cambiado, y el documento pontificio conserva mucha vigencia. Porque sigue prevaleciendo cierto cansancio, que impide la afirmación gallarda de las convicciones. En España se complica con el endémico déficit de formación intelectual de los laicos, que impide dar razón de su esperanza. Si antiguamente se refugiaron en el fideísmo, ahora apelan demasiadas veces a un ambiguo agnosticismo. Asombra el contraste entre el miedo a afirmar la fe y la desfachatez de tantas declaraciones de indiferencia o de falta de práctica religiosa.

          Pero, para el conjunto del continente, un gran motivo de esperanza es la recuperación de la libertad de la Iglesia en Europa del Este; a este se añade la conciencia cada vez más clara de que los católicos, como los primeros cristianos, deben concentrarse en su misión espiritual y apostólica, dando prioridad al compromiso evangelizador en sus relaciones con las realidades profesionales, sociales o políticas. Sin duda, a esa eficacia contribuye la mayor presencia de la mujer en las estructuras y en los diversos ámbitos de la comunidad cristiana.

ALMUDÍ
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