martes, 31 de agosto de 2010

El ateo y su secador de cabellos

          Si el ateísmo desaparece alguna vez de la faz de la tierra, la reacción en el mundo no será una alegría irreprimida sino más bien una indiferencia lánguida.

          Llegué a esta conclusión después de ver a Edwin Kagin, director a nivel nacional de la American Atheists Inc, en el programa "Nightline" de la cadena ABC. Por lo que allí apareció, ofrece la posibilidad de practicar "desbautismos" en la convención anual de American Almudi.org - Angelo StagnaroAtheists que debe celebrarse en Newark, New Jersey.

          El proceso consiste en la aplicación de un secador de cabellos etiquetado como "Razón y Verdad" a los ateos que desean secar los restos de agua usada en su bautismo. Le dijo al entrevistador que la ceremonia tiene "el mismo valor que el bautismo original".

Quizá esto pueda intranquilizar a algunas personas, pero lo que a mí me vino a la cabeza fue, "¿Es que no pueden hacer algo mejor?" ¿Sin pensamiento clarividente? ¿Sin argumentos de lógica férrea? ¿Sin evidencia empírica? ¿Sin intentos de actuar racionalmente? ¿Dónde están aquellos escépticos de otros tiempos, que buscaban sinceramente a Dios, para llegar al final a la convicción de que no lo habían encontrado? El estudio honesto e inteligente de las motivos tan apreciados por los creyentes no les conducían a las mismas conclusiones que a estos.

         Para los ahora demasiado jóvenes para recordarlo, la American Atheists Inc. es la organización fundada por la intrigante, traicionera y vengativa Madalyn O'Hair, que fue asesinada por uno de los muchos empleados ateos disgustados que tenía.

          Prefiero aquí hacer una distinción entre los ateos razonables y los del estilo fundamentalista. Ciertamente, existen muchas razones para ser ateo. Uno puede haber nacido en una familia en la que no se habló nunca de religión, o haber crecido en un país en el que se penalizaba con encarcelación o muerte cualquier signo de convicción religiosa, tal como fue común en los regímenes ateos del siglo XX. Quizá la muerte de un ser querido o cualquier tragedia personal le ha distanciado de su Creador, o tal vez ocurra que no haya lugar para Dios en su estilo de vida. En cualquier caso estas personas no creen en Dios porque no pueden.

Angelo Stagnaro

ALMUDÍ
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