jueves, 23 de septiembre de 2010

Educar en los medios y con los medios


          En una sociedad donde la presencia y la influencia de los medios de comunicación es cada vez mayor y más pervasiva, debería ser  fundamental la figura del “docente de medios”; es decir un guía que oriente y eduque en el consumo de los contenidos de los medios. Y, sin embargo, una referencia pedagógica eficaz para los jóvenes falta en las escuelas. Este es el punto de partida de Paolo Braga y Armando Fumagalli en su artículo “Educar a los medios con los medios”

          La intervención de Armando Fumagalli en el curso organizado por la Asociación italiana de radiotelespectadores (Aiart) en Mazara del Vallo (28 de marzo de 2010) ha recorrido algunos de los contenidos del siguiente texto, escrito junto con Paolo Braga.
Los dos autores han pensado y discutido el texto conjuntamente. A efectos de la responsabilidad de la redacción final, a Paolo Braga se pueden atribuir los apartados 2,3 y 4, a Armando Fumagalli los apartados 1, 5 y 6.
1. Introducción
    A la escuela de hoy le falta una articulación pedagógica eficaz para educar a los jóvenes en los medios de comunicación.
    Vista la omnipresencia de los medios de comunicación en la vida de los muchachos y que, además, como recurso cultural y educativo, presentan una oferta escasa —hay que buscar el material "potable" entre una marea de propuestas desorientadoras, o incluso deseducativas—, visto además que los padres están mucho más inclinados a las opciones extremas del prohibicionismo o de laxismo que todo consiente, en lugar de aquella más fatigosa del comentario dialogante sobre los títulos favoritos de los hijos (videojuegos, series de televisión, etc.) y visto que los maestros rara vez incorporan a sus lecciones, de forma estable y orgánica, contenidos de los medios, la conclusión anterior es inevitable. 
    Los medios de comunicación están en todas partes, colonizan los espacios de la vida cotidiana con propuestas cada vez más atractivas y omnipresentes (el videoteléfono), pero no se estudian en la escuela y, en el hogar, se critican, se prohíben, se permiten, pero no se habla de ello. La cuestión, entonces, no es tanto un uso constructivo de los medios de comunicación, que aun así se debe incrementar —por ejemplo, el uso de material audiovisual o de Internet para estudiar una determinada asignatura (la historia, en lugar de la literatura o la educación cívica)—. La cuestión es la necesidad de una sólida introducción a los medios de comunicación porque estos son una parte importante del ambiente de los muchachos y lo son, en su mayor parte, con una oferta completamente ajena a las preocupaciones educativas. 
    Un estudio del Idis realizado hace algunos años (2007) sobre Los nuevos medios de comunicación en Sicilia apoyaba claramente la consideración de esta necesidad. Los jóvenes entrevistados consideraban Internet un nuevo horizonte para la democracia, pero lo que les gustaba sobre todo era chatear por su cuenta. Es decir, en la práctica se desmienten las buenas intenciones, que son sobre todo lúdico-evasivas. 

Family and Media
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