Benedicto XVI, como refiere Radio Vaticano, intervino para comentar el evangelio de ese domingo, que hace referencia a quienes buscan el primer puesto en los banquetes (Lc 14: 1-7, 14), recordando que en este pasaje «el Señor nos da a comprender que en realidad seguimos viviendo según el estilo de los paganos: invitamos por reciprocidad sólo a quien devolverá la invitación, damos sólo si se nos restituirá».
«El estilo de Dios es diferente», subrayó. «Nos invita a su mesa a nosotros, que somos cojos, ciegos y sordos; nos invita a nosotros que no tenemos nada que darle». El estilo divino, constató, se experimenta sobre todo en la Eucaristía, durante la cual se nos llama a dejarnos tocar por la gratitud hacia Dios, que nos invita a su mesa, a pesar de que estamos llenos de culpas.
«Pero queremos aprender también a experimentar la culpa de que salimos demasiado poco del estilo pagano, porque vivimos muy poco la novedad, el estilo de Dios», observó el obispo de Roma.
«Y por esto comenzamos la Santa Misa pidiendo perdón: un perdón que nos cambie, que nos haga más semejantes a Dios, a su imagen y semejanza».
En la homilía de la celebración, el cardenal Christoph Schönborn, arzobispo de Viena y antiguo alumno del profesor Joseph Ratzinger, subrayó la importancia de la humildad que «transforma los insultos en una gracia».«Gracias, Santo Padre, porque usted encarna para nosotros la actitud de Cristo, que es manso y humilde de corazón», exclamo. «¿No es algo maravilloso de la fe cristiana y de la experiencia cristiana? La alegría por el hecho de que los parámetros del Cielo son tan diferentes de los nuestros».
El Ratzinger Schülerkreis de este año se concentró en el tema de la interpretación del Concilio Vaticano II. Los participantes fueron unos cuarenta, todos ellos antiguos alumnos del profesor Ratzinger, que presentaron con él sus tesis de doctorado en los años en que era profesor en universidades de Alemania.
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