viernes, 3 de septiembre de 2010

El eco de un mensaje


          Un libro reciente, "Ataque a Ratzinger" (de Paolo Rodari y Andrea Tornielli, ed. Piemme, 2010), recoge, en su prefacio, el deseo, que algunos tenían, de que el pontificado de Benedicto XVI fuera breve y pasara inadvertido. 

          El mismo Papa explicó que elegía el nombre de Benedicto en honor del santo patrono de Europa y también en recuerdo de Benedicto XV: un Papa que había trabajado por la paz, si Almudi.org - Ramiro Pelliterobien su pontificado no había sido muy largo. 

          Lo de pasar inadvertido no cuadra con la actividad del Papa. Y como parece que no ha pasado tan velozmente como alguno deseaba —dicen con fina ironía los autores—, "visto que su pontificado está destinado a dejar un signo, se han multiplicado los ataques contra Benedicto XVI". De ahí el título del libro. 

          Se preguntan estos dos expertos vaticanistas si el Papa está solo; responden que realmente no es así, porque muchas personas le apoyan, aunque sus colaboradores probablemente podrían ayudarle mejor en la organización del trabajo, las relaciones con los medios de comunicación, etc.
No faltan quienes silencian su mensaje, lo obstaculizan o lo manipulan. Y en algunos casos se puede comprobar la existencia de verdaderas "alianzas" mediáticas para desprestigiarle.
El prefacio termina citando las palabras de Benedicto XVI en la Misa inaugural de su pontificado (24.IV.2005): «Rogad por mí, para que no huya, por miedo, ante los lobos».

          Ahora bien, cabe preguntarse, ¿qué podemos hacer nosotros, los cristianos de a pie, para ayudar al Papa en su ministerio de unidad y servicio a los cristianos y a la humanidad?

          San Josemaría Escrivá de Balaguer escribió: «Nuestra Santa Madre la Iglesia, en magnífica extensión de amor, va esparciendo la semilla del Evangelio por todo el mundo. Desde Roma a la periferia. —Al colaborar tú en esa expansión, por el orbe entero, lleva la periferia al Papa, para que la tierra toda sea un solo rebaño y un solo Pastor: ¡un solo apostolado!» (Forja, 638).

Ramiro Pellitero, Instituto Superior de Ciencias Religiosas, Universidad de Navarra
ALMUDÍ
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