martes, 16 de marzo de 2010

Con el escultor jefe de la Sagrada Familia


La profundidad de Etsuro Sotoo, escultor jefe de la Sagrada Familia, es abrumadora. Sus reflexiones son serenas y con idéntica serenidad espera poder, simplemente, mirar a los ojos a Benedicto XVI cuando visite Barcelona. Opina que España debe estar tranquila «porque tiene una madre fuerte que es la fe», pero advierte: es nuestro trabajo tratarla bien y cuidarla.

El escultor jefe de la Sagrada Familia, Etsuro Sotoo, estuvo ayer en Madrid para participar en un congreso internacional de la Asociación Española de Personalismo bajo el título “¿Quién es Almudi.org - Etsuro SotooDios? La percepción contemporánea de la Religión”, que se ha celebrado en la Universidad CEU San Pablo de Madrid. En concreto, Sotoo compartió mesa redonda sobre la representación de la trascendencia con el director del Departamento de Cine de la Conferencia Episcopal, Juan Orellana, y el director del Teatro de Cámara Chéjov, Ángel Gutiérrez.

El maestro escultor japonés, pese a vivir en España desde hace más de 30 años, sigue manteniendo, para el profano, ese halo de misterio que lo oriental tiene para el occidental. Incluso, utiliza expresiones un tanto crípticas a veces, al más puro estilo haiku.

Sin embargo, tiene las ideas muy claras.

¿Cómo ha recibido el anuncio de la visita del Santo Padre a Barcelona?

No sólo es significante, sino que cambia el mundo para el templo de la Sagrada Familia, porque, hasta ahora, simplemente está en construcción, salvo la pequeña parte que se usa como parroquia. Con la visita del Papa se produce una revolución para la Sagrada Familia, porque se reconocerá universalmente como templo. Ya son 128 años construyéndola y la gente es consciente, pero, a veces, los trabajadores olvidan que estamos construyendo un templo, no un garaje, un rascacielos o unas oficinas. Esta ha sido mi lucha los últimos años: que todo el mundo sepa que es un templo.

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