sábado, 10 de julio de 2010

JÓVENES ABURRIDOS


          Si les pasáramos a Woody Allen y a Almodóvar datos sobre el fenómeno social del aburrimiento juvenil reaccionarían con provocación haciéndonos unas de sus compulsivas películas. Aproximadamente desde hace dos décadas ha aumentado de modo preocupante el número de jóvenes que padecen de aburrimiento, perturbación considerada como una de las Almudi.org - Aburridosmás espantosas por las que un joven puede atravesar justo en el momento de su vida en el que su corazón y su cabeza circulan a más velocidad que el acelerador de partículas suizo. 

          Es un hecho constatable por numerosas familias y otras instituciones que una parte no pequeña de nuestros jóvenes postmodernos se aburren y huyen como locos de ese estado que lo reconocen como una desesperación encubierta indeseable. Aburrirse es inaguantable y más en un joven que naturalmente demanda divertirse de modo intenso y constante. 

          Además, estudios psicológicos y sociológicos advierten con fiabilidad alta que un joven aburrido, con respecto a uno no aburrido, se expone con mayor riesgo a desembocar en conductas adictivas nocivas como el consumo de alcohol y estupefacientes, y/o en otras adicciones menos confesadas como el sexo, el juego, el shopping compulsivo, adicciones de internautas (chats, twenti, juegos en red, etc.) Desgraciadamente algunos jóvenes que intentan erróneamente escapar de su tedio a través de estos canales están generando serios problemas familiares y sociales. 

          Si en una sociedad el conjunto de sus jóvenes se aburre es porque les aburre la misma sociedad que los acoge y agita. Algo grave pasa en esa sociedad, y huele a fracaso institucional porque no se ha sabido presentar de modo atractivo e inteligente una oferta que dé respuesta a las apasionantes inquietudes que afloran en esta etapa crucial de la vida, y que requieren encauzamientos bien estudiados. 

          Si se multiplica el número de jóvenes aburridos o quemados vitalmente que es lo mismo, urge investigar y elaborar un análisis crítico que vaya a las causas de este problema social. Numerosos estudios diagnósticos y de sintomatología hablan de causa-efecto: los jóvenes cuando se aburren buscan más botellas y se emborrachan, se drogan más, consumen y navegan más,... huyen a espacios artificiales, psicodélicos y digitales donde combaten el aburrimiento a través de un hiperentretenimiento que les descontrola y les narcotiza la atención. 


Emilio García Sánchez.
Profesor de Pensamiento Social
Universidad CEU Cardenal Herrera
Departamento de Ciencias Políticas, Ética y Sociología
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