lunes, 1 de noviembre de 2010

LOS NIÑOS DIÁBOLO; LAS NIÑAS BALÓN

¿Por qué esta ley contra natura, si lo que les pide el cuerpo a los niños es pegarle patadas a una pelota y no jugar a la comba?

   LAS libertades van hacia atrás que escarban. Hasta se echan albero en el lomo. No hablo de las libertades fundamentales que durante cuarenta años nos negó la dictadura. En España, gracias a Dios y a ese Rey que ahora sacan en chándal ridículo y chungo de pinreles «an cá» Belén Esteban, elegimos a nuestros políticos. Podemos apuntarnos a un partido o a un sindicato. Manifestarnos con una pancarta y expresarnos libremente. Aunque esto último, como decía «Hermano Lobo»: dentro de lo que cabe. Puedes expresarte libremente para poner verde a la derecha. Pero si te llamas Pérez Reverte y ejerces tu libertad, te dará la del tigre la nueva Inquisición manipuladora y adoctrinada del «pásalo», en la que Rubalcaba es el Von Karajan que dirige magistralmente la orquesta y la máquina de cabrear a media España para movilizar su voto.
   Puedes expresarte libremente si tu opinión no transgrede los dogmas de lo políticamente correcto. Me río yo de la mentalidad dominante en tiempos de dictadura y nacional-catolicismo. Ahora padecemos el nacional-laicismo y la dictadura de lo políticamente correcto. Se habrán consolidado las grandes libertades, pero están cada día más amenazadas las pequeñas libertades de cada día, las que nos hacen agradable la vida y permiten que la vivamos, pensemos y hablemos como queremos.
Franco metía en la cárcel al pobre de Marcelino Camacho por fundar Comisiones Obreras frente al Sindicato Único, pero ahora te recluyen en el Carabanchel de los fachas, los machistas, los homófobos y los racistas si no marcas el paso del «pásalo». De momento todo el que no piense como ellos es un facha, y después ya veremos. Y, además, te ordenan la vida. Los que en Mayo del 68 decían que estaba prohibido prohibir cada vez te prohiben más cosas y te imponen obligaciones ante las que no puede haber ni objetores ni insumisos. 
   Te prohiben fumar. Te prohiben que lleves a tu niño en el coche sin el asiento que ellos digan. Te prohíben que pongas en tu casa bombillas de filamento. Te prohíben que tires botellas al cubo de la basura. Tienes que poner las llaves de paso de la cocina en el mismísimo techo. Y Europa, además, les echa una manita y todo lo que ellos aún permiten viene y lo prohíbe con una directiva. Y por si todo esto fuera poco, las nuevas y laicas santas cruzadas del ecologismo y del hembrismo. Como ha dicho Salvador Sostres: «El ecologismo y el feminismo son los dogmas a los que recurrió la izquierda para continuar ejerciendo su totalitarismo después de desahuciado el comunismo».
   Tanto te ordenan la vida, que no respetan ya ni a los niños, a pesar de tanta protección del menor. No contentos con ordenar la vida de los padres hasta dentro de las casas, donde hemos tenido que poner a la fuerza la TDT, ahora empiezan con los hijos. La manipuladora Educación para la Ciudadanía les parece poco. Ahora se quieren meter hasta en el recreo, y sacar una ley con «protocolos de juegos no sexistas para que se implanten y desarrollen en los espacios de juego reglado y no reglado en los colegios públicos y concertados de Educación Primaria». Por la dictadura de la paridad y la igualdad, no quieren que los niños jueguen con un balón en el recreo, como toda la vida, y las niñas a la comba o al diábolo. ¿Dónde está el Defensor del Menor? ¿Por qué esta ley contra natura, si lo que les pide el cuerpo a los niños es pegarle patadas a una pelota y no jugar a la comba? Me da pánico acordarme de cómo acabó aquel niño melancólico (que dice Felipe Campuzano) de mi pandilla, que cuando venían a casa a jugar a piola se quedaba prendado de las muñecas de mi hermana...
ANTONIO BURGOS
ABC

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