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Se ha realizado en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz en Roma el congreso Church and communications. Identity and dialogue (“Iglesia y comunicación, identidad y diálogo”), que finalizó el miércoles pasado.
Dentro de densas e interesantes reflexiones sobre estrategias de comunicación, la presencia de la Iglesia en los medios, los actuales temas de controversia como la pedofilia, entre muchos otros, una de las ponentes, bastante aplaudida por los participantes, quiso enfatizar un elemento fundamental en el proceso de dar a conocer el Evangelio: sólo se puede comunicar a Cristo en primera persona.
Almas en búsqueda
Jutta Burggraf, laica, doctora en Psicopedagogía y en Sagrada Teología y profesora de la Universidad de Navarra, señaló cómo en el mundo actual “parece que cualquier cosa es más creíble que una verdad cristiana”.
“No se busca lo verdadero, sino lo apetecible, lo que me gusta y me va bien: un poco de Buda, un poco de Shiva, un poco de Jesús de Nazaret”, señaló.
Describió al hombre como un gitano: “No tiene hogar: quizá tiene una casa para el cuerpo, pero no para el alma. Hay falta de orientación, inseguridad, y también mucha soledad”.
“Así, no es de extrañar que se quiera alcanzar la felicidad en el placer inmediato, o quizá en el aplauso”, aseguró la filósofa. “Si alguien no es amado, quiere ser al menos alabado”.Una época en la que “tenemos medios cada vez más perfectos, pero los fines están completamente perturbados”. El hombre expresa así una “sed de interioridad”, que puede manifestarse “tanto en la literatura como en el arte, en la música y también en el cine”.
En medio de esta búsqueda, pocos piensan en el cristianismo como una opción, debido a que tiene fama “de no ser nada más que una rígida institución burocrática, con preceptos y castigos”.
No obstante, señaló la profesora Burggraf, hay también quienes huyen del cristianismo por motivos opuestos: “la predicación cristiana les parece demasiado superficial, muy light, sin fundamento y sin exigencias rigurosas”.
“Quieren que alguien les diga con absoluta certeza cuál es el camino hacia la salvación, y que otro piense y decida por ellos: ahí tenemos el gran mercado de las sectas”, aseguró la docente.
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ALMUDÍ
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