Las estadísticas dicen que uno de cada cuatro españoles considera idóneo convivir y luego casarse por la Iglesia.
No es coherente que quien no está casado viva como un casado y exprese su vivencia como un casado. Además, la sociología ha mostrado que cohabitar hace más frágil la relación. En

Los judíos llevaban siglos divorciándose cuando Jesucristo proclamó la abolición del divorcio. En nuestra cultura, ¿el divorcio está aquí para quedarse?
Creo que sí, que se quedará, pero también creo que en la Iglesia católica nunca aceptaremos el divorcio. El matrimonio cristiano es indisoluble, porque refleja, como un icono, la unión de Cristo con la Iglesia, que es incondicional.
ALMUDÍ
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