"Cristina Cifuentes -escribe Benigno Blanco del Foro de la Familia- aprovechó sus primeras horas como presidenta para engalanar la sede de la presidencia con la bandera arco íris del colectivo autodenominado LGTBI.
Lo mismo hicieron alcaldes varios por toda España. Merece la pena reflexionar sobre estos hechos que pueden parecer meramente festivos y anecdóticos, pero que reflejan algo mucho más preocupante y de largo recorrido: el lento crecimiento del nuevo totalitarismo de género".
"Convertir en enseña cuasi oficial la bandera de una ideología particular es algo que hasta ahora solo habíamos visto en los momentos previos a la toma del poder por parte de partidos totalitarios o nacionalistas extremos que preconfiguraban así lo que poco después se consumaría: la conversión de las enseñas partidistas en símbolos oficiales del Estado absorbido ya por el partido. Eso sucedió con la hoz y el martillo y con la cruz gamada en determinados países y épocas".
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