Interesantes reflexione de George Weigel: El catolicismo tibio, de quita y pon, no sobrevivirá al tsunami cultural y político que se avecina. Un catolicismo integrador puede hacer algo más que sobrevivir; puede convertir
En las Navidades de 1969, el profesor Joseph Ratzinger intervino en la radio bajo un título provocativo:¿Cómo será la Iglesia del futuro? Uno de los párrafos finales estaba destinado a convertirse en las palabras quizá más citadas de la extensa bibliografía de Ratzinger cuando se convirtió en el Papa Benedicto XVI:
"De la crisis de hoy surgirá mañana una Iglesia que habrá perdido mucho. Se hará pequeña, tendrá que empezar todo desde el principio. Ya no podrá llenar muchos de los edificios construidos en una coyuntura más favorable. Perderá adeptos, y con ellos muchos de sus privilegios en la sociedad. Se presentará, de un modo mucho más intenso que hasta ahora, como la comunidad de la libre voluntad, a la que sólo se puede acceder a través de una decisión... Pero en estos cambios... la Iglesia encontrará de nuevo y con toda la determinación lo que es esencial para ella, lo que siempre ha sido su centro: la fe en el Dios trinitario, en Jesucristo, el Hijo de Dios hecho hombre, la ayuda del Espíritu que durará hasta el fin".