La necesidad de un sentido radical para la vida humana
No voy a recordar el desvelo, desde el papa Francisco al último católico en cualquier rincón del mundo, para ayudar a entender y sobrellevar las dolencias de la pandemia. Me quiero referir al esfuerzo de la Academia Pontificia de la Vida para aportar bases doctrinales a la reflexión de los creyentes en estos tiempos de dolor e incertidumbres.
Hace unos días, Vatican News difundía un texto con un título desconcertante a primera vista, para quien no está en los intríngulis: información útil sobre el Documento de la Academia Pontificia para la Vida: Humana Communitas en la era de la pandemia: Consideraciones intempestivas sobre el renacimiento de la vida. No parece un informe completamente articulado, sino más bien una reunión de materiales con los que cada lector puede construir su propio relato. Han contribuido al texto, entre otros, el académico prof. Henk ten Have, uno de los principales expertos en bioética global, y prof. Roberto Dell’Oro, de la Universidad Loyola Marymount.
En la información general, se incluye una entrevista al presidente de la Academia, Mons. Vincenzo Paglia, que ofrece aportaciones de entidad. En cierto modo, ofrece una gran síntesis del trabajo realizado cuando responde a la pregunta sobre el papel de la comunidad cristiana en esta crisis, en torno a varias palabras clave: vulnerabilidad, interdependencia, cooperación, solidaridad, acceso a tratamientos.