El celibato es una suerte de enamoramiento a lo divino. La persona célibe dirige todo su eros, es decir, su deseo de amor posesivo, hacia Dios, y desde Dios, a los demás
Rafael Domingo Oslé en omnesmag.com
El celibato cristiano, sea de los laicos, sacerdotes o religiosos, es un don divino por el cual el corazón humano se incrusta en el Corazón de Cristo. Al ritmo del palpitar de su Amado, el corazón célibe se va ensanchando progresivamente hasta lograr incorporar dentro de él a toda la humanidad sin distinción de razas, culturas, edades o lenguas, anunciando así al mundo el amor radiante del reino de Dios.