Es importante distinguir entre vergüenza y pudor: el pudor nos permite existir como seres singulares y ofrece un espacio privado, al abrigo de la mirada de los demás. La vergüenza surge más bien cuando se produce una intrusión en ese espacio (Monique Selz)
¿Ha pasado de moda, definitivamente, el pudor? En una sociedad donde la escasez de ropa es considerada un signo de libertad, parece que habría que contestar que sí. Y, sin embargo, un artículo en la publicación católica belga Cathobel sostiene el profundo arraigo de esta virtud en la naturaleza humana. "¿Y si el pudor no ha dicho aún su última palabra?", se interroga. Y responde con el parecer de algunos expertos: