«Aquí reposan los restos de un ser que poseyó la belleza sin vanidad, la fuerza sin insolencia, el valor sin la ferocidad y todas las virtudes del hombre sin sus vicios». (Lord Byron)
Ami modo de ver, uno de los rasgos que mejor caracterizan estos tiempos es la sobreactuación. Ya nada es templado, ponderado, sutil. Todo se pinta con brocha gorda. Si uno está contento, lo cool es desmelenarse y reír a grito pelado (véase la gente en los restoranes) para demostrar al mundo lo superrequetebién que lo está pasando él y toda la banda.