Escribe Pablo Cabellos:
Creemos que es bueno lo nuevo sólo por serlo, sin detenernos en la consecuencias que comporta, imaginamos que la zafiedad es mejor que su contrario…
Creemos que es bueno lo nuevo sólo por serlo, sin detenernos en la consecuencias que comporta, imaginamos que la zafiedad es mejor que su contrario…
A primera vista, podemos otear indicadores de que caminamos hacia una nueva civilización que aportaría un modo nuevo de vivir o incluso de ser. Cambiar la esencia del hombre no parece empresa fácil, pero lo dejamos estar. Y vayamos a los asuntos que pueden renovarse en la cultura humana. De hecho, si repasamos la historia, hemos transformado mucho nuestra civilización.
Las eras que parten el devenir humano están ancladas en grandes renovaciones realizadas por los hombres, tanto en el plano intelectual como en el técnico o en el modo de pensar de los hombres. Podríamos remontarnos a la invención de la rueda, poner el punto de mira en la imprenta o fijarnos en la Ilustración. Desde luego, no parece un momento de inflexión de la cultura la propuesta de no usar animales en la cabalgata de Reyes en Catarrotja.
Pero ahora hay menos pensadores, una idea del hombre más pequeña, poco magnánima, creemos que es bueno lo nuevo sólo por serlo, sin detenernos en la consecuencias que comporta, imaginamos que la zafiedad es mejor que su contrario… Sin embargo, hay muchos aspectos de la vida humana que mejoran, pero no precisamente por esas sendas.